Hace más de una semana, un adolescente de 15 años fue detenido en Algoda -Elche- por el asesinato a disparos de sus padres y su hermano pequeño, de 10 años. El joven cogió una escopeta de caza de su padre y mató a su madre, luego disparó a su hermano pequeño y esperó a que llegase a casa su padre del trabajo para dispararle.
Sus padres le advirtieron de que o mejoraba sus resultados académicos en el instituto o le pondrían a trabajar en el campo. El adolescente había obtenido malas notas, con varios suspensos, en el cuarto curso de la ESO. La madre le castigó sin consola ni videojuegos. El arresto se realizó el pasado viernes por la noche, después de que una vecina llamara a los servicios de emergencia y se presentara en el domicilio la hermana de la madre al no poder contactar con la familia.
El juez Emilio Calatayud asegura que "nos estamos equivocando en la educación de los chavales". Añade que los niños no admiten la frustración, acusando a los padres, los centros educativos, las leyes y los políticos. "La solución es educar a los chavales y escarmentar a los padres civilmente", resalta.
Sobre el futuro del menor de Elche, el juez explica que si ha cometido los hechos con 13 años es inimputable penalmente, solo respuesta civil contra los padres. Cuando tienen 14 años o más, como es el caso, sí pueden entrar en un internamiento. "En los centros de internamiento se les da formación, se trabaja con ellos. No es lo mismo que una cárcel. En la cárcel se escarmienta, en los centros se trabaja con ellos y se reinsertan", expresa.
El juez ha recalcado la utilización de los teléfonos móviles y las redes sociales que hacen los menores de edad: "El móvil es una droga, un instrumento peligroso para cometer hechos delictivos". "La edad buena para tener un móvil un niño es cuando se lo pueda pagar él, pero como hay que ser modernos y demócratas, pues 14 años, por debajo de eso es una barbaridad" aconseja Calatayud.
