El teletrabajo ha venido para quedarse, pero no como formato único. De cara a la vuelta del verano, se podría pensar que muchas empresas retomarán su actividad de forma presencial en la oficina. Si bien esta decisión estará condicionada por la evolución de la actual quinta ola de la pandemia y el avance de la campaña de vacunación, para septiembre son muchas las empresas que priorizan retomar el trabajo presencial, aunque sea a través de un modelo híbrido, que todo parece indicar que será el formato protagonista, al menos en España.
Desde la llegada de la pandemia gran parte de las empresas en España se vieron forzadas a instaurar el teletrabajo como formato habitual de trabajo, una situación que dejó las oficinas y las sedes corporativas prácticamente vacías. Ante este contexto, algunas empresas mantuvieron sus contratos de alquiler o sus sedes en propiedad, mientras que otras liberaron sus espacios de trabajo habituales para reducir los gastos. Ahora, para la vuelta a la oficina, ya sea en propiedad o en alquiler, la tendencia se dirige hacia espacios adaptados a los nuevos modelos de trabajo que se perfilan como más flexibles, colaborativos, y diáfanos. Por otro lado, están aquellas empresas, sobre todo startups o PYMEs, que se están decantando por el alquiler de oficinas calientes o puestos en espacios de coworking, que ofrecen la posibilidad de tener una gestión de espacios flexible.
Lo que está claro es que, de una forma u otra, el mercado de las oficinas se está reactivando, pero ¿cómo está siendo la evolución de estos activos tras la pandemia? Los expertos de Instituto de Valoraciones han analizado el mercado de oficinas y los comportamientos que plantean las empresas para septiembre, arrojando luz sobre algunas tendencias que se podrían esperar de cara a la vuelta de las vacaciones:
• Ajustes en los precios con un futuro que dependerá de la recuperación económica: el aumento de la disponibilidad de oficinas que se ha producido en el último año, provocado principalmente por el confinamiento y el auge del teletrabajo, además de la nueva oferta inmobiliaria que se está viendo en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, ha propiciado un ajuste en los precios en estos activos inmobiliarios. Especialmente, en aquellas zonas más caras de las principales ciudades. Y es que, con la implementación forzosa del trabajo en remoto, algunas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, dejaron sus oficinas para ahorrar costes, y ahora, en algunos casos están optando por otro tipo de espacios como, coworkings u oficinas calientes. De cara a los últimos meses del año y con la “vuelta a la oficina” en septiembre, se podría esperar que este mercado se reactive. No obstante, su evolución real dependerá de la recuperación económica y la continuidad en el tiempo de la tendencia del teletrabajo. En este sentido, la recuperación no será igual para todas las zonas. De hecho, aquellas oficinas adaptadas al nuevo contexto postpandemia, que cumplan con los nuevos criterios de sostenibilidad e higiene, podrían experimentar una recuperación más rápida, atrayendo incluso el interés inversor.
• Se mantiene el interés por las oficinas en las principales áreas metropolitanas: si bien es cierto que todo parece indicar que el modelo de oficinas tradicional podría sufrir ajustes, aquellos espacios ubicados en el centro de ciudades, siguen atrayendo el interés inversor. De hecho, en los primeros meses del año tanto el conjunto de la zona centro como los principales núcleos de concentración empresarial de Madrid y Barcelona han concentrado gran parte de la demanda e inversión en este tipo de activos. Y es que las grandes empresas, que suelen ubicar sus sedes en estas zonas, seguirán manteniendo sus oficinas como activos importantes para su imagen y reputación, además de espacios para reunir a sus equipos o recibir clientes.
• Oficinas más colaborativas, flexibles y adaptadas al nuevo modelo de trabajo: la pandemia ha cambiado por completo las metodologías de trabajo y de comunicación en la empresa influenciado, principalmente por la digitalización. Y con ello, ha surgido también la necesidad de redefinir los espacios de trabajo para la vuelta a la oficina. Ahora, gracias al modelo de trabajo híbrido que permite la rotación de personal de forma presencial, la tendencia en las oficinas se dirige hacia espacios más diáfanos y abiertos con mayor distancia entre las mesas, puestos rotatorios, salas tipo phone booth para tener reuniones individuales virtuales por el auge del teletrabajo, y por supuesto, el cumplimiento de todas las medidas de seguridad e higiene con el objetivo de garantizar al máximo la salud y bienestar de los empleados. Así, las oficinas modernas y los espacios colaborativos comienzan a protagonizar el nuevo concepto de oficina. En este sentido, cobra relevancia también que la oficina sea un lugar atractivo para sus empleados, que ya se han acostumbrado a trabajar en casa, por lo cual, ofrecer un espacio que fomente la creatividad, la comunicación y la colaboración es clave para mantener el bienestar y la productividad de los equipos.
• Coworkings, oficinas calientes y otros modelos de trabajo compartido, entre los protagonistas: son muchas las empresas que se encuentran actualmente con un modelo de trabajo en el que las plantillas se rotan para estar unos días en la oficina y otros en casa. Por ello y para dar respuesta a estas nuevas situaciones, han ido surgiendo nuevas soluciones como pueden ser las oficinas calientes, que consiste en que las empresas alquilen parte de sus oficinas a terceros para obtener rentabilidad del espacio sobrante que tienen por aquellos empleados que teletrabajan y disminuir así los costes inmobiliarios. Por otro lado, para satisfacer la demanda de más espacio en los casos donde sea necesario, se está optando por alquilar puestos calientes o zonas específicas en entornos de coworking para ubicar a los profesionales por equipos. Este último formato está ganando auge, sobre todo, entre startups y PYMEs por las posibilidades de flexibilidad que ofrece de poder alquilar y solo pagar por los puestos que sean necesarios, pudiendo tener incluso espacios de trabajo en diferentes ubicaciones geográficas. Además, supone a la empresa una reducción en esfuerzos y gastos de servicios y/o mantenimiento de sus sedes pues todos estos conceptos suelen estar incluidos en el alquiler del espacio.