Fusionando los terrenos del cine y del teatro con los de esta nueva realidad distópica con la que nos está tocando lidiar, la casa italiana Prada presentaba al mediodía de este pasado domingo, 16 de enero, su última colección de moda masculina para la próxima temporada Otoño/Invierno de 2022.
Una propuesta creada de manera conjunta por Miuccia Prada y Raf Simons, en sus papeles como codirectores creativos de la firma, que la casa italiana presentaba en el marco de esta actual nueva edición de la Milán Fashion Week Men´s, que se viene celebrando desde el pasado viernes, y hasta mañana día 18 de enero, sobre la capital de la Lombardía.
A lo largo de un desfile que pudo seguirse en directo a través de los distintos canales digitales de la casa, así como de la plataforma online de la Camera Nazionale della Moda Italiana, asociación sin ánimo de lucro encargada de la organización de las distintas semanas de la moda de Milán, la casa italiana nos mostraba el ideal de lo que debe resultar un desfile de moda, en su valor como reflejo de la sociedad de la que tratan de ser reflejo, y a la que buscan dar justa respuesta, las prendas y diseños que alberga.
La colección celebra el trabajo. En las notas de prensa enviadas a los medios después del desfile, Miuccia Prada y Raf Simins no hicieron alusión alguna la pandemia, si bien, las semanas de la moda, siguen siendo muy conscientes de la situación actual, la sensación es que la Covid-19 ya no es lo primordial. Necesitamos expresarnos más allá. Quizá esa sea la razón por la que Prada y Simons dedicaron su desfile al ritual de ir a trabajar.
Desfilaron 10 actores famosos. Los diseñadores celebraron la ocasión (de salir a trabajar) con un elenco de 10 caballeros con una profesión diferente a la de la gran mayoría de mortales. Se trató de actores famosos del mundo del espectáculo, hombres que a veces fingen bajo contrato que desempeñan trabajos normales. Su presencia, relajada y realista, sirvió para transformar en ceremonia el desempeño (casi) diario que se representó en la Fondazione Prada. Entre Kyle MacLachlan, que abrió el desfile, y Jeff Goldblum, encargado de cerrarlo, salieron Thomas Brodie-Sangster, Asa Butterfield, Damson Idris, Tom Mercier, Jaden Michael, Louis Partridge, Ashton Sanders y Filippo Scotti.
Se fusionan diferentes uniformes de trabajo. Si el mundo es puro teatro y las personas que van a trabajar son actores, Prada pone para la función el departamento de vestuario. La colección llevó a cabo el ejercicio de ensamblar diferentes prendas que se consideran "de oficina" desde la sobria sastrería del empresario a los uniformes utilitarios de los oficios manuales. “No se puede definir como sastrería o como streetwear. Todo se junta y se difumina, se pone en cuestión", dijo Simons, en alusión a los ligeros monos que Prada y él acicalaron con tejidos extravagantes y livianos. “Sustituyen a la etiqueta tradicional de camisa y corbata o pajarita y le imprimen una energía y un realismo nuevos, así como una actitud más juvenil", argumentó.
La estrella, el abrigo híbrido. La parte sartorial del armario de trabajo, aderezada con los mismos giros especiales, marcó definitivamente la colección. Los abrigos con hombreras tan enormes que harían desmayarse a la mismísima Tamara de Lempicka, aparecieron adornados con secciones de pelo sintético en el bajo y los antebrazos. Se creo un efecto mitad Dr. Zhivago, mitad Herman Munster, pero de una grandeza operística que daba un golpe en la mesa: moda de etiqueta para todos los días.