Según informó The Washigton Post este miércoles, Salma al-Shehab fue detenida en enero de 2021. Se trata de una ciudadana saudí, que estaba de vacaciones en el país y planeaba regresar pocos días después a su hogar en la ciudad de Leeds, en Reino Unido, donde estudia un doctorado universitario.
El diario estadounidense asegura que los cargos contra Shebab, madre de dos hijos, se basaron en su actividad en las redes sociales en campañas que exigían la abolición del sistema de tutela de Arabia Saudí, que otorga a los hombres el control legal sobre ciertos aspectos de la vida de las mujeres de la familia. También había pedido la liberación de los presos de conciencia.
De acuerdo a los documentos judiciales a los que tuvo acceso The Washington Post, Al-Shehab fue acusada por usar su cuenta de Twitter "para perturbar el orden público, socavar la seguridad de la sociedad y la estabilidad del estado, y apoyar a quienes habían cometido acciones delictivas de acuerdo con la ley antiterrorista y su financiación". La acusación también aseguró que la condenada difundía "rumores falsos".
Según informaciones de la agencia Efe, durante el tiempo en que estuvo detenida antes del juicio Al-Shebab sufrió malos tratos y no se le permitió contactar con un abogado. Previamente, había apelado una condena inicial de seis años de cárcel, que el tribunal de apelaciones decidió aumentarla a 34 años al considerar la primera "demasiado corta", y sumando además otros 34 años de prohibición de viajar que empezarán a contar cuando cumpla la anterior pena.
La sedición y la desestabilización son cargos habitualmente utilizados por la dictadura saudí, que gobierna de facto el príncipe heredero Mohammed bin Salman, para castigar como terroristas a los activistas que denuncian pacíficamente el totalitarismo del régimen y especialmente la situación de la mujer.
"Esta injusta sentencia tiene que ver solamente con sus actividades pacíficas y civilizadas en Twitter", denunció la ONG Centro del Golfo para los Derechos Humanos (GCDH), que indicó que Al-Shehab utilizaba su cuenta "para mostrar sus creencias en la justicia de la causa palestina y para defender a prisioneros de conciencia".
La ONG considera la sentencia un "mensaje de amenaza e intimidación enviado por Bin Salman a todos los activistas de Internet de que este es el destino que le espera a quienes usen las redes sociales".
La ONG saudí con sede en Londres ALQST expresó en un comunicado su temor de que esta condena extremadamente dura sea "el inicio de una nueva tendencia que las autoridades saudíes sigan en los próximos días, como mecanismo para castigar a todos los que critican sus políticas".