Hoy, la Comisión Europea ha presentado una comunicación clave, en la cual se establecen las perspectivas de la UE para la política agrícola y alimentaria. Este documento estratégico representa un reinicio pragmático basado en análisis detallados y observaciones fundamentadas, y propone un ambicioso catálogo de futuras líneas de trabajo. No obstante, no aborda el tema crucial del presupuesto futuro de la PAC ni los recursos necesarios para financiar este paquete de medidas.
ASAJA felicita al comisario Hansen por el cambio de narrativa y enfoque, logrado gracias a las manifestaciones que hemos liderado. En su evaluación de la situación actual, la Comisión ha ajustado su enfoque en materia de política agrícola y ahora utiliza un lenguaje diferente. Destacamos especialmente que el comisario nos ha reconocido como empresarios, asumiendo el papel clave de los agricultores como innovadores y generadores de empleo. La importancia de la agricultura —su papel y sus vulnerabilidades— en el contexto geopolítico actual está reconocida. El enfoque del comisario Hansen reposiciona la agricultura como un activo estratégico clave y un pilar de la soberanía europea. También se reconoce el papel que desempeñan los agricultores al abordar los desafíos climáticos, proteger el medio ambiente, apoyar la bioeconomía y contribuir a la sociedad. La Comisión ha identificado las fragilidades demográficas y económicas del sector, resaltando cuestiones como los ingresos agrícolas, la competitividad, la innovación, la cooperación y el relevo generacional. La voluntad política, incluyendo un enfoque en la simplificación, también es parte del panorama.
ASAJA celebra que la futura PAC mantendrá las ayudas directas, destinándolas en mayor medida a los agricultores que contribuyan activamente a la seguridad alimentaria, la viabilidad económica de las explotaciones y la conservación del medio ambiente. Además, el apoyo se centrará en quienes más lo necesiten, entendido como agricultores ubicados en zonas con dificultades naturales, jóvenes, nuevos agricultores y explotaciones mixtas.
Desde Asaja, en consonancia con el COPA y la COGECA, reconocemos la importancia de una mayor alineación de las normas de producción para los productos importados, especialmente en relación con los productos fitosanitarios y el bienestar animal. Esto debe basarse en evaluaciones de impacto detalladas y exhaustivas que deberían publicarse antes de cualquier decisión comercial significativa. Se establece el principio de «no prohibir sin alternativas viables» para los productos fitosanitarios, así como la necesidad de un enfoque renovado hacia el sector ganadero.
Sin embargo, criticamos muy duramente el empecinamiento en los pagos degresivos y el establecimiento de límites a las ayudas por explotación, ya que tendrán efectos negativos significativos. La degresividad de los pagos y el capping penalizan injustamente a las explotaciones más eficientes, que suelen ser las que generan mayor empleo, invierten en innovación y contribuyen de manera más significativa a la seguridad alimentaria. Estas explotaciones, al enfrentarse a una reducción de ingresos por ayudas, podrían ver comprometida su viabilidad económica, lo que afectaría no solo a su capacidad de producción, sino también al empleo rural y a la sostenibilidad de las cadenas de suministro. Además, estas medidas no tienen en cuenta las diferencias estructurales entre países y regiones, lo que podría generar desigualdades y desincentivar la modernización y el crecimiento de las explotaciones agrícolas.
Por último, el anuncio de hoy omite una parte crucial del debate actual sobre la financiación de la PAC en el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP). La semana pasada advertimos sobre los riesgos de fusionar fondos y establecer planes nacionales presupuestarios únicos. No obstante, la visión presentada hoy no menciona el presupuesto de la PAC y las referencias al segundo pilar y su financiación no aparecen en la versión final de la comunicación. La complementariedad entre el FEAGA, que proporciona apoyo, y el FEADER, que facilita medidas e inversiones plurianuales, es esencial para el sector y debe mantenerse.
Es fundamental entender que las ambiciones y propuestas serán insuficientes sin una PAC sólida. Esta debe apoyar a los agricultores activos, independientemente de su tamaño, y contar con un mayor presupuesto en el MFP posterior a 2027, incluyendo correcciones automáticas por inflación y las crecientes responsabilidades que recaen sobre la agricultura. Sin estas medidas, las comunidades agrícolas de Europa enfrentan desafíos significativos y la visión del futuro del sector corre el riesgo de convertirse en una promesa infundada. Se requiere algo más que un cambio de retórica: es necesario reconstruir la confianza con acciones concretas y coherencia en todas estas propuestas, incluidas aquellas fuera del marco de la PAC. La visión es un avance, pero los elementos clave necesarios para hacerla realidad siguen sin definirse.
Finalmente, la implementación de las cláusulas espejo debe considerarse también como una obligación por parte de la Comisión Europea para reducir la sobre regulación, especialmente cuando nuestra normativa no es aplicable a terceros países. Un ejemplo claro es el Mercosur y la propuesta de modernización de la Directiva de Transporte Animal.