Un limpiador de alfombras en Maryland tiene un secreto. Puede considerarse un superpoder, pero nunca lo sabrías a menos que lo llevaras a la sede de la ONU. Vaughn Smith de Gaithersburg, Maryland, es un “hiperpolíglota”, una persona que habla 11 idiomas o más. En un sentido básico, significa que aprender idiomas le resulta sencillo.
¿Pero cuánto de sencillo? Pues bien, Smith habla nada más ni nada menos que 40 idiomas distintos.
Si bien no es raro conocer a alguien de, por ejemplo, Bélgica o Suiza que puede hablar 4 o 5 idiomas europeos, el Washington Post confirmó recientemente que Smith habla con fluidez o puede mantener una conversación en prácticamente todos los idiomas de Europa, incluidos galés, gaélico irlandés y gaélico escocés.
Pero no se ha detenido en el Viejo Mundo, el hombre reservado y amable conoce varios idiomas tribales, incluidos lakota (inglés americano indígena), salish (tribu originaria del territorio que actualmente ocupa la llamada Columbia Británica, que se ubican en Canadá y en los estados de Washington y Oregón en Estados Unidos), navajo (el pueblo originario estadounidense más numeroso) y náhuatl (macrolengua yutonahua que se habla en México y Centroamérica), mientras que del lejano oriente sabe japonés, mandarín, cingalés e indonesio, y amhárico (etíope); hebreo y árabe, del centro del mapa.
El atractivo, dice, es conectarse con las personas: "Las personas son más felices y amables cuando puedes hablar su idioma". Tanto él como su madre sospechan que es autista hasta cierto punto, ya que tuvo dificultades para participar en la escuela e interpretar los sentimientos de las personas. Pero al igual que su habilidad para hablar 40 idiomas, el transeúnte probablemente no sospecharía que estaba en el espectro.
El sabio autista está bien documentado y es poético, casi una paradoja que su trastorno le haya dado una habilidad especial que parece hecha a medida para ayudarlo a conectarse con otras personas.