La retención de líquidos puede convertirse en el mal de muchos, sobretodo en épocas de calor. También llamado edema, surge por un exceso de líquidos en los tejidos. Según la Fundación Española del Corazón sus causas son variadas, desde problemas hormonales o circularorios hasta enfermedades renales. No obstante, la más común es la ingesta de alimentos con altos niveles de sodio.
El sentimiento de hinchazón es de lo más común entre la población, sobretodo durante el verano. Las rutinas y el descanso escasean durante las vacaciones y es por ello que puede resultar difícil deshacerse de esa sensación, pero con cierto control sobre la dieta y ejercicio se puede conseguir.
El sodio es el principal antagonista. Por ello debemos eliminar de nuestra dieta todos los alimentos que contengan altos niveles de este componente -la sal alimentaria-, como pueden ser los encurtidos, embutidos, latas de conserva, ahumados, salazones o alimentos con potenciadores químicos del sabor. La Fundación Española del Corazón asegura que la mayor parte de nuestra ingesta de dicho mineral proviene de alimentos procesados, por lo que es preferible optar por alternativas más naturales. También hay que atender a la composición de productos como antiácidos o ciertos medicamentos que contengan bicarbonato de sodio.
Cambiar estos hábitos de consumo es posible y hay una gran diversidad de alimentos que pueden ayudarnos a hacerlo. Los diuréticos naturales son un gran ejemplo, con las infusiones como protagonistas. Las que contienen extractos de plantas como la cola de caballo o el diente de león suponen el suplemento perfecto para la dieta, ya que aumentan la cuantía de orina y facilitan el trabajo a los riñones. Otra opción es el té verde, que con sus propiedades antioxidantes tiene un gran poder descongestionante. No es recomendable para personas con anemia o deficiencia de hierro, ya que los taninos presentes en el té pueden dificultar su absorción.
El poder diurético no sólo reside en ciertas bebidas, sino que podemos optar por verduras y hortalizas como el puerro, el apio o los espárragos para conseguir lo mismo. Las frutas tropicales como la piña o la papaya son también antiinflamatorias y pueden aliviar la sensación de pesadez. La bromelina, una encima presente en la piña, ayuda para una mejor asimilación de las proteínas. Es por ello que esta fruta es la mejor para librarse del estreñimiento. Por otro lado, la papaya comprende altos niveles de fibra y vitamina C, ayudando con la eliminación de toxinas.
El potasio es otro gran diurético, responsable del buen funcionamiento de los riñones. También interviene en problemas digestivos y controla el exceso de sodio o la cantidad de agua que recibe nuestro tejido muscular. Para obtener los beneficios del potasio, alimentos como el plátano, el melón, la sandía, los aguacates o la espinaca son las mejores opciones.
En general las hortalizas pueden protagonizar recetas idóneas para el verano, como el gazpacho o todo tipo de ensaladas. El tomate es uno de los grandes enemigos del sodio, por lo que tenerlo presente en la dieta diaria será una decisión sabia. También son dignas de mención las berenjenas, que a parte de ayudar con la retención de líquidos aportan muy pocas calorías por estar compuestas por altos niveles de agua.
Las bebidas alcohólicas pueden ser de lo que más nos cueste deshacernos, sobretodo en épocas de vacaciones y celebraciones. Éstas no tienen relación con la retención de líquidos por exceso de sodio, pero también pueden producir inflamaciones por acumulación de agua en los tejidos, ya que son ricas en azúcares y se diluyen con más dificultad. Al contrario de lo que mucha gente piensa, el agua es la mejor alternativa. No retiene líquidos si se bebe dentro de las medidas recomendadas.
Está claro que la dieta es importante si quieremos resolver el problema de la retención de líquidos, pero el ejercicio físico es el complemento esencial para poder apreciar los resultados. Practicarlo de forma habitual estimulará la actividad de nuestros riñones y nos ayudará a eliminar toxinas.