Pensaréis, otro libro de cómo adelgazar haciendo dietas imposibles mientras te amargas la vida pasando hambre. Pues eso libro no es como otro cualquiera, este te impera a comer, y muchas veces al día, pero ojo, no cualquier cosa sirve. La clave está en lo natural desechando lo artificial, así de fácil. Sin embargo, no os asustéis, vamos a explicarlo detalladamente porque si no cada uno hace su propia interpretación de forma incorrecta.
Desmontando mitos
Eso de que si dejas de comer adelgazas es verdad en cierto de modo, pero no te confundas, porque eso es la peor manera de perder peso ya que pasas hambre, eso te frustra y además, es insano porque el cuerpo necesita vitaminas para activarse. Lo único que va a generar esa dieta es trastocar tu metabolismo, pasar del todo a la nada en cuestión de un instante y provocarte a ti mismo cansancios y mareos. Esta dieta también esta asociada al efecto rebote en la cual al haber perdido peso muy rápido estás condenado a volverlos a coger de forma fugaz al mínimo descuido culinario.
Otra de las dietas famosas es “ahora como menos cantidad y así no engordaré”. También es verdad que la sociedad come por encima de sus necesidades, picotea por gula y no por hambre y cantidades estratosféricas, hay que reducir en esos casos si, pero cuidado de nuevo en qué cosas reducimos porque de nada sirve comer menos de algo que no nos aporte grandes beneficios y no probar bocado de otros que si los tienen.
Ahora bien, la dieta más sorpréndete de todas es basada en la alcachofa. Esta consiste en comer únicamente durante tres días consecutivos cinco piezas de este vegetal y beber mucha agua perdiendo 1 kilo diario. Los posteriores días añadirán otros alimentos acompañados de suplementos alimenticios. Recapitulando lo de efecto rebote, esta dieta sin duda también está penada con engordar. Partiendo de que una buena alimentación consiste en la variedad de alimentos y esta solo dispone de uno, el adelgazar de forma de rauda nunca es bueno.
Dieta vegetariana
El libro de “Comer para no engordar” de Michael Greger insta en comer alimentos naturales, no procesados evitando los que provengan de la industria. Además, asegura que los que siguen una dieta vegetariana no engordan tantos como los que ingieren carne o pescado ya que esos si que engordan. También en su libro desmonta el mito de que las carnes rojas como el cerdo y la ternera engordan y que las carnes de ave como el pavo o el pollo son más saludables intercambiándoles ese rol. Aporta consejos entre los que se encuentran beber agua antes de cada comida, o una manzana. También ayunar a partir de las 7 de la tarde para estar 12 horas si comer y a la mañana siguiente hacer la comida más intensa del día.
Opinión
Un nuevo libro de dietas que salga al mercado es como una gota en un océano, insignificante. Lo que a uno le puede funcionar no obligatoriamente a otro también. Sin embargo, algo de lo que estoy segura es que la vida sin carne ni pescado no es sana. Las personas vegetarianas, la gran mayoría necesitan tomarse suplementos alimenticios para potenciar vitaminas de las que carecen. Como en cualquier aspecto de la vida, los excesos ni los extremos son buenos, por eso, hay que intentar llevar una dieta de lo más variada. Si cumples esto, si que puedes reducir cantidades porque sigues ingiriendo diversas proteínas. En conclusión, haz tu propia dieta basada en todo tipo de alimentos y priorizando las hortalizas, frutas y verduras y moviéndote siempre. Pero tampoco dejes de lado las carnes o pescados y si un día te apetece un antojo dulce tampoco te cortes, que de vez en cuando hay que darse una alegría y que tu cuerpo no se acostumbre a nunca recibir un capricho.