El bienestar y la salud son hoy en día de máxima prioridad para muchos. Resulta que la forma de alimentarnos no sólo afecta a nuestro bienestar físico y mental, sino que tiene también un gran impacto en la sostenibilidad ambiental. Para cuidar el planeta es fundamental realizar ciertos cambios en nuestra dieta.
Es necesario entender que para mejorar la calidad de vida de nuestro planeta debemos empezar a cambiar nuestra forma de comer. Los gobiernos y las grandes empresas de alimentación juegan un importante papel en esta misión, pero no podemos dejarlo todo en sus manos. Debemos empezar a actuar individualmente para conseguir el cambio.
Entre los cambios que sí están a nuestro alcance está , por ejemplo, el hecho de empezar a elegir productos de cultivos sostenibles. Es necesario empezar a suscribirse a un tipo de alimentación que tenga en cuenta el origen de los productos y su forma de llegar al mercado.
Por otro lado está la gran importancia de los vegetales, que deben ser el componente de mayor peso en nuestra dieta. Es crucial consumir más hortalizas, frutas, frutos secos y cereales. Esto no sólo beneficiará a nuestra salud, sino que supondrá el apoyo a un sector de la alimentación que causa un mínimo impacto medioambiental. La FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación) aconseja incluir una gran parte de productos vegetales en la dieta.
Otra manera de ayudar al medioambiente con la alimentación es tratar de evitar embalajes de plástico y empezar a optar por sus versiones en materiales reciclados. Cada vez son más las empresas que se adhieren a la política de “no plásticos” para contribuir a la reducción de la huella de carbono. También es muy importante, aparte de apoyar el uso de materiales reciclados, reutilizar todos los envases que nos sea posible. Así contribuiremos a la reducción de residuos.
La forma en la que se desplazan los productos hasta llegar a nuestras mesas y neveras es otro factor que hay que tener en cuenta. Transportarlos a gran escala por todo el planeta emite una de las huellas de carbono más grandes del mundo. Apostando por los productos locales y de temporada beneficiaremos a la economía local y al planeta.
Finalmente podemos intentar evitar el desperdicio de alimentos realizando una planificación de nuestras comidas semanalmente. De esta forma estaremos contribuyendo a la sostenibilidad y desequilibrio alimentario, aparte de evitar realizar gastos extra comprando productos de más.