El sodio es un nutriente esencial está presente en muchos de los alimentos que comemos y en las bebidas que tomamos. En muchos alimentos está presente de forma natural, a lo que tenemos que sumar la sal que añadimos, que es rica en sodio (contiene un 40% de sodio: encontramos 2,3 g de sodio en 5 g de sal).
A pesar de escuchar siempre que la sal es mala, el sodio es un nutriente necesario para tener una buena salud. Es esencial para mantener el volumen plasmático, el equilibrio acidobásico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células.
La realidad es que en general tomamos más sodio del que nuestro cuerpo necesita. Como la OMS dice, la mayoría de las personas consumen entre 9 y 12 gramos de sal al día, mientras que deberíamos consumir 5 gramos diarios como mucho.
El hecho de consumir mucha sal, trae problemas para la salud, como la presión arterial alta, y aumenta el riesgo de sufrir cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. Por este motivo, la OMS propone reducir el consumo de sal.
Aparte de estos problemas derivados de seguir una dieta alta en sodio, multitud de gente cree que la sal engorda, pero… ¿es un mito o una realidad?
Tal como afirman en Healthline, la sal no aumenta directamente la grasa corporal, pero sí que existe un vínculo entre las dietas altas en sodio y el aumento de peso.
La evidencia científica afirma que las personas que consumen más sal suelen pesar más. Además, por lo general también tienen un índice de masa corporal (IMC) más alto, una circunferencia de cintura mayor y una relación cintura-estatura superior que las personas que toman menos sal.
Los alimentos ultraprocesados contienen más sal que los naturales y, como son menos sacian menos, pueden hacer que consumas más calorías y que incrementes tu ingesta de sodio. En este sentido, la cantidad de sal puede verse como un indicador de la calidad de la dieta.
Por otro lado, un consumo elevado de sodio hace que tu cuerpo retenga más líquidos. Esto es debido a que, para contrarrestar la concentración de sodio, el organismo reduce la producción de orina y aumenta la sed, con el objetivo de diluir la concentración de sodio al nivel adecuado. Según la ciencia, esta retención de líquidos puede suponer una diferencia de hasta 1 kg en la báscula.
Por lo tanto, una dieta alta en sal no te hace engordar y ganar más grasa corporal, pero sí que puede afectar indirectamente al aumento de peso. Además, reducir su consumo también es recomendable para evitar problemas de salud.