El 93% de los adolescentes en España considera que debería cambiar alguno de sus hábitos actuales de uso de las pantallas, según el estudio 'Infancia y adolescencia en entornos digitales', llevado a cabo por la Fundación Orange y Save the Children junto a GAD3.
La investigación, basada en más de 2.500 entrevistas a padres, madres, adolescentes, profesores y población en general, y en conversaciones con expertos, revela que chatear con los amigos es la actividad principal, según el 90% de los adolescentes encuestados. Asimismo, un 92% dice utilizar el móvil para ocio (ver vídeos o jugar a videojuegos).
Además, de los datos se desprende que casi la mitad de los adolescentes dice haber recibido mensajes de desconocidos; el 13%, insultos, acoso y amenazas en el ámbito digital; y el 28% de los profesores asegura haber presenciado situaciones de este tipo.
Ante situaciones como estas, el estudio muestra que la reacción más habitual de los menores es bloquear a la persona o cuenta responsable; un 25% recurre a sus padres, mientras que un 13% decide no tomar ninguna acción.
En cuanto al tiempo de uso de las pantallas, un 14% de los chicos y chicas encuestados afirma que sus progenitores usan el móvil o las plataformas digitales más que ellos con una media de entre 4 y 5 horas al día. En este sentido, algunos padres y madres admiten que en ocasiones son un mal ejemplo para sus hijos.
Igualmente, el informe revela que casi la mitad de los adolescentes (el 46%) se muestra preocupada por la huella digital que sus actividades dejan en Internet.
Además, el 16% cree que sus progenitores comparten mucha o bastante información sobre ellos en redes sociales y, ante esta situación, uno de cada cuatro se siente incómodo o muy incómodo. El informe muestra que el 54% de los padres y madres realiza esta práctica y el 39% lo hace siendo consciente de los peligros que conlleva.
En lo que se refiere al control parental, el 61% de los progenitores dice apoyarse en herramientas para supervisar las acciones de los más pequeños y un 68% de los padres considera que su derecho a revisar los dispositivos es más relevante que el derecho a la intimidad de los menores. En cualquier caso, el 60% de los adolescentes dice que sabe cómo saltarse estas barreras.