Al inicio de las vacaciones de verano, la COVID-19 lleva diez semanas consecutivas en aumento en España. Según el Instituto de Salud Carlos III, la positividad para el coronavirus subió al 42,5% en la última semana de junio. Este aumento se atribuye a la mayor movilidad, la desaparición de otros virus respiratorios y el descenso de la inmunidad desde el último refuerzo en otoño pasado, aunque la mayoría de los casos son leves.
El fin del curso escolar y los desplazamientos estivales facilitan la propagación del virus. Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, explica que la movilidad y la baja vacunación están afectando la respuesta inmunitaria.
La gripe y el virus respiratorio sincitial (VRS) están prácticamente ausentes, dejando espacio para la COVID-19. Quique Bassat, epidemiólogo y pediatra, indica que casi todos los casos respiratorios actuales son de COVID-19.
A pesar del aumento de contagios, Bassat asegura que no hay motivo de preocupación ni aumento significativo de hospitalizaciones. La situación se mantiene vigilada, pero bajo control.