martes. 26.11.2024

Las olas de calor, cada vez más frecuentes, representan una nueva y preocupante amenaza que afecta tanto a la salud humana como al medioambiente. Estos fenómenos climáticos extremos pueden tener graves consecuencias para la salud. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las olas de calor son la principal causa de mortalidad relacionada con el clima. 

En este contexto, según Copernicus, el programa de monitorización del clima de la Unión Europea, en la actualidad existe entre un 70% y un 100% de posibilidades de que el verano de 2024 sea más cálido de lo normal. Esta situación tendrá consecuencias significativas sobre la salud de las personas. La más inmediata es el riesgo de sufrir un golpe de calor.

"Los días de calor extremo pueden agravar los riesgos en personas con enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o las enfermedades respiratorias y pueden provocar lesiones renales aguda, en el sistema nervioso central y en el sistema músculo-esquelético (rabdomiólisis). Esto ocurre debido a que el aumento de temperatura se asocia a una respuesta inflamatoria sistémica, debido a la incapacidad del cuerpo para compensar la temperatura central y disipar el exceso de calor. La sobrecarga a la que se ve sometido el organismo al intentar enfriarse también afecta al corazón y los riñones", explica la Dra. María Andrea Castillo, médica de Familia del Centro Médico Sanitas Reina Victoria, de Madrid. 

En las ciudades, la situación se agrava aún más ante fenómenos de calor extremo. "Las áreas urbanas experimentan temperaturas más altas que las áreas circundantes debido a la concentración de edificios, carreteras, pavimentos y actividades humanas. Este efecto es especialmente notable durante las noches, ya que, al descender la temperatura ambiente, los materiales urbanos liberan la energía del sol recibida, elevando las temperaturas nocturnas. La falta de vegetación y la abundancia de superficies asfaltadas potencian este efecto isla de calor, exacerbando los efectos de las altas temperaturas en la salud", añade Jesús Miguel Santamaría, director de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente de la Universidad de Navarra.

En este sentido, el reverdecimiento de las ciudades y la generación de espacios verdes se convierten en una necesidad crítica para mitigar estos efectos. "Durante los episodios de calor extremo, la importancia de los árboles y las áreas verdes en las ciudades es primordial. La vegetación urbana contribuye a reducir la temperatura y mejorar la calidad del aire, lo que ayuda a disminuir los efectos negativos de las altas temperaturas sobre la salud", señala Cathy Cummings, directora de Sostenibilidad y Relaciones Internacionales de Sanitas. 

Para conocer mejor los efectos que las ciudades y los factores ambientales, como las olas de calor, tienen sobre la salud de los españoles, Sanitas, en colaboración con la Universidad de Navarra, está llevando a cabo un estudio que analizará los efectos de la situación climática actual en la salud de los españoles. Los resultados se publicarán a través de la Cátedra Sanitas Salud y Medioambiente, una iniciativa conjunta de ambas entidades. 

Para hacer frente al impacto que el calor extremo de este verano puede tener sobre la salud, Sanitas ha lanzado una acción dentro de su programa de sostenibilidad Healthy Cities. Gracias a esta iniciativa, la compañía plantará 28.000 árboles en diferentes puntos de España a partir de noviembre, con el objetivo de crear espacios verdes urbanos que ayuden a mitigar el efecto isla de calor, reducir la contaminación y potenciar la biodiversidad en las ciudades, haciéndolas más saludables. Esta acción se llevará a cabo en colaboración con ayuntamientos de diversas ciudades y ONG's como WWF. 

Mientras tanto, los especialistas médicos de Sanitas han elaborado una serie de recomendaciones a seguir para protegerse frente a las olas de calor:

Reducir los esfuerzos físicos: el ejercicio intenso incrementa la demanda de oxígeno y la producción de calor en el cuerpo, lo que puede exacerbar los síntomas de enfermedades respiratorias y fatiga. Además, teniendo en cuenta que el aire caliente es más difícil de respirar, el riesgo de deshidratación y agotamiento por calor aparecen de manera más recurrente. Por lo tanto, minimizar la actividad física en estas condiciones posibilita una respiración más controlada.

Proteger el hogar del calor: preservar el hogar fresco es esencial para mitigar los efectos de las altas temperaturas. Se pueden instalar cortinas o persianas para bloquear la luz solar directa, así como optar por colores claros en las paredes y techos.

Utilizar humidificadores: el aire seco, común durante las olas de calor, irrita las vías respiratorias y agrava los síntomas del calor en general. En este sentido, los humidificadores brindan una humedad relativa confortable, facilitando la respiración y reduciendo la irritación de las mucosas.

Reconocer síntomas de alarma ante golpes de calor: es necesario aprender a identificar señales como aumento de la temperatura corporal (mayor a 39º C), piel seca, agotamiento, dificultad para respirar, mareos, confusión o palpitaciones. En caso de estar ante un golpe de calor, es necesario acudir a los servicios de atención médica.  


 

¿Cómo afectan las olas de calor en la salud?