jueves. 21.11.2024

Cuando da comienzo la clase para Esther empieza el mejor momento del día, su momento de desconexión. "Yo suelo venir el día de antes y después de la quimio. Me ayuda a sudar toda la medicación, a tener energía y reducir los efectos secundarios de los tratamientos."

Esther empezó a practicar Crossfit hace ya dos años, y los últimos 6 meses los ha pasado luchando también contra el cáncer de mama. 

Los médicos le recomendaban reposo. "Al principio se asustaban cuando les decía que hacía Crossfit, me decían que tuviese cuidado. Después se han dado cuenta que el deporte me ayuda mucho." Esther les ha demostrado lo beneficioso que es para ella tanto física, como mentalmente.

"No tengo la misma capacidad que tenía antes." comenta Esther. Su entrenador adapta los ejercicios a su situación. "Hay que tener mucha comunicación con ella, porque dependiendo del momento de la quimio en el que se encuentre puede venir más baja o más alta de energía, así que eso lo vamos viendo cada día" declara Andrés Arias, su entrenador personal.

Ni las dos operaciones a las que se ha sometido Esther ni la quimioterapia superan a sus ganas de hacer deporte, el Crossfit se ha convertido en su mejor medicina.

 

 

El Crossfit como tabla de salvación para el cáncer de mama