Un estudio del HSE Centre for Language and Brain (Rusia) ha confirmado el papel del cuerpo calloso en la lateralización del lenguaje, es decir, la distribución de las funciones de procesamiento del lenguaje entre los hemisferios cerebrales.
En su trabajo, publicado en la revista científica 'PLoS ONE' y financiado por el Gobierno ruso, los autores idearon una tarea lingüística innovadora para sus sujetos de estudio y aplicaron métodos avanzados de neuroimagen a los datos recogidos.
La asimetría funcional entre los dos hemisferios cerebrales a la hora de realizar funciones cognitivas de alto nivel es una de las principales características del cerebro humano. Por ejemplo, el hemisferio izquierdo desempeña un papel principal en el procesamiento del lenguaje en la mayoría de las personas. Sin embargo, entre el 10 y el 15 por ciento de la población humana también utiliza el hemisferio derecho en diversos grados para la misma tarea.
Tradicionalmente, la lateralización del lenguaje hacia el hemisferio derecho se explicaba por la lateralidad, ya que se da sobre todo en personas zurdas y ambidiestras (que utilizan las dos manos igual de bien).
Pero investigaciones recientes han demostrado la existencia de diferencias genéticas en la forma en que procesan el lenguaje los zurdos y los ambidiestros. Además, algunos diestros también implican su hemisferio derecho en las funciones lingüísticas.
Estos hallazgos llevaron a los científicos a plantearse explicaciones alternativas, en concreto, estudiando la anatomía del cerebro para averiguar por qué las funciones del lenguaje pueden desplazarse al hemisferio derecho.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que la lateralización del lenguaje podría tener algo que ver con la anatomía del cuerpo calloso, el mayor tracto comisural del cerebro humano que conecta los dos hemisferios cerebrales.
Pidieron a 50 participantes en el estudio que completaran una frase. Los sujetos debían leer en voz alta una frase rusa presentada visualmente y completarla con una palabra final adecuada. Al mismo tiempo, se registró la actividad cerebral de los participantes mediante resonancia magnética funcional (RMf). Además, se midió el volumen del cuerpo calloso de cada sujeto.
La comparación entre los datos de la RMf y las mediciones del cuerpo calloso reveló que cuanto mayor era el volumen de este último, menor era la lateralización de la función del lenguaje hacia el hemisferio derecho.
Puede decirse que, al procesar el lenguaje, el cerebro tiende a utilizar eficazmente los recursos del hemisferio izquierdo y a suprimir, mediante el cuerpo calloso, cualquier implicación adicional del hemisferio derecho.
Cuanto mayor es el cuerpo calloso de una persona, menos participa su hemisferio derecho en el procesamiento del lenguaje (y viceversa). Este hallazgo es coherente con el modelo inhibitorio que sugiere que el cuerpo calloso inhibe la acción de un hemisferio mientras el otro se dedica a tareas cognitivas.
"El diseño innovador del estudio y el uso de neuroimagen avanzada han hecho posible esta conclusión. La lateralización cerebral en el procesamiento del lenguaje suele ser difícil de medir con precisión, ya que las tareas típicas del habla utilizadas en estudios anteriores (por ejemplo, nombrar imágenes, seleccionar palabras que empiezan por una letra determinada o escuchar el habla) tienden a causar activación sólo en algunas partes del cerebro responsables de las funciones del lenguaje, pero no en otras. En su lugar, desarrollamos una tarea de habla única para fMRI -completar frases- que activa de forma fiable todas las áreas lingüísticas del cerebro", ha comentado Olga Dragoy, directora del Centro HSE para el Lenguaje y el Cerebro.