En un esfuerzo mundial por mejorar la vida de las supervivientes de cáncer de mama, una nueva investigación sanitaria ha estudiado las estrategias que pueden ayudar a prevenir el linfedema de millones de supervivientes de cáncer como consecuencia del daño o la extirpación de sus ganglios linfáticos durante el tratamiento oncológico.
Según el estudio publicado por 'The Lancet' en 'eClinicalMedicine', deberían ofrecerse mangas de compresión, cirugía para reparar el sistema linfático de los pacientes y mapeo axilar inverso (MRA) a las personas con riesgo de desarrollar linfedema de brazo relacionado con el cáncer de mama (BCRAL).
El linfedema es una afección angustiosa que consiste en la acumulación de líquido en los brazos de los pacientes, como consecuencia del daño o la extirpación de los ganglios linfáticos durante el tratamiento del cáncer de mama. Los expertos de este estudio han publicado, por primera vez, una guía clínica sobre cómo y cuándo poner en marcha intervenciones basadas en la evidencia.
Aunque en la actualidad no existe ningún enfoque que pueda prevenir por completo el linfedema, los investigadores del Hospital Princess Margaret de Hong Kong, la Universidad Flinders (Australia) y la Universidad de Toronto (Canadá) colaboraron con 64 expertos mundiales de 16 países para elaborar una guía que pueda ayudar eficazmente a prevenir esta afección tras revisar ensayos clínicos.
El estudio revisó los datos de más de 60.000 pacientes con linfedema de brazo relacionado con el cáncer de mama que participaron en estudios aleatorizados y controlados de alta calidad para determinar las mejores estrategias de prevención y los factores de riesgo que pueden causar la afección.
Estos factores de riesgo incluyen la radioterapia postoperatoria, no controlar el volumen del brazo de las pacientes un mes después de la cirugía, el número de ganglios linfáticos extirpados y un índice de masa corporal elevado.
Monique Bareham, superviviente de cáncer de mama y defensora de los pacientes con linfedema, afirma que el linfedema crónico es irreversible, difícil de tratar y afecta significativamente a la calidad de vida de los pacientes, por lo que es fundamental un tratamiento eficaz para prevenirlo y detener su progresión.
"Como muchas supervivientes de cáncer de mama, recibí información limitada y contradictoria sobre el linfedema tras el tratamiento, lo que me dejó ansiosa y mal preparada para manejar mis síntomas. Me afectó psicológica y físicamente y me impidió volver al trabajo. Esta investigación aumenta la concienciación sobre esta enfermedad poco reconocida y aborda las lagunas en la comprensión clínica", ha afirmado Bareham.
PRIMER ESTUDIO QUE OFRECE RECOMENDACIONES
El vicerrector adjunto de la Universidad Flinders y coautor del estudio, el profesor Raymond Chan, afirma que aproximadamente la mitad de los pacientes con linfedema de brazo relacionado con el cáncer de mama (BCRAL, por sus siglas en inglés) desarrollan la afección entre 12 y 30 meses después de la operación, pero también puede aparecer muchos años después.
"Nuestro estudio ha revelado enfoques basados en pruebas para prevenir el BCRAL mediante planteamientos que tienen en cuenta los factores de riesgo de las pacientes, la disponibilidad de opciones de tratamiento y la experiencia de los profesionales sanitarios para garantizar que se ofrezcan intervenciones eficaces a todas las pacientes, independientemente del lugar donde reciban atención", ha detallado Chan.
"Este es el primer estudio del mundo que ofrece recomendaciones sobre la frecuencia y la duración de la vigilancia, los métodos para detectar el linfedema precoz, los umbrales para la intervención temprana y los tipos de tratamientos que deben ofrecerse en función del grado de afección. Con estos conocimientos, estas intervenciones pueden aplicarse ahora con confianza en entornos clínicos", ha añadido.
Respaldados por la Asociación Multinacional de Cuidados de Apoyo en Cáncer, los expertos apoyan la puesta en marcha de programas de vigilancia que pueden ayudar a prevenir el linfedema y han respaldado por primera vez los tratamientos con mangas de compresión.
Las mangas de compresión están diseñadas para proporcionar una presión controlada que reduzca la hinchazón de los brazos asociada a las pacientes que siguen un tratamiento con linfedema de brazo relacionado con el cáncer de mama.
El autor principal del estudio, el oncólogo clínico del Departamento de Oncología del Hospital Princesa Margarita de Hong Kong, Henry Wong, ha asegurado que el estudio es el primero en proporcionar una guía detallada sobre cómo aplicar programas de vigilancia y mangas de compresión profilácticas para la prevención del BCRAL.
"Nuestras recomendaciones basadas en el consenso y generadas por un equipo internacional de expertos proporcionan una voz firme para que los equipos sanitarios de todo el mundo adopten un enfoque proactivo en la prevención de esta complicación irreversible relacionada con el tratamiento", ha subrayado.
Por su parte, Matthew Wallen, investigador principal del Caring Futures Institute de la Universidad Flinders y coautor del informe, afirma que el punto fuerte de esta guía de práctica clínica es su sólido enfoque multidisciplinar de la prevención de la BCRAL.
"Al identificar los factores de riesgo clave, implementar la vigilancia temprana y proporcionar recomendaciones en torno a las últimas estrategias de tratamiento y gestión, podemos garantizar que a las personas que viven con BCRAL se les ofrezcan intervenciones de atención prácticas, oportunas y basadas en la evidencia", ha concluido.