Un trabajo publicado en la prestigiosa revista 'Nature Medicine' sobre la COVID-19 de larga duración ha descrito la persistencia de los síntomas seis meses después de la COVID-19, incluso en personas jóvenes aisladas en casa.
El estudio hizo un seguimiento de los pacientes infectados durante la primera oleada pandémica en Bergen (Noruega). "El principal hallazgo novedoso es que más del cincuenta por ciento de los adultos jóvenes de hasta 30 años, aislados en casa, siguen teniendo síntomas persistentes seis meses después de la enfermedad leve o moderada", explica la líder del grupo, la profesora Nina Langeland.
Los síntomas más comunes eran la pérdida del olfato y/o del gusto, la fatiga, la falta de aliento, el deterioro de la concentración y los problemas de memoria. "Hubo una correlación significativa entre los niveles elevados de anticuerpos y los síntomas en los pacientes aislados en casa; otros factores de riesgo para los síntomas fueron el asma u otras enfermedades pulmonares crónicas", afirma la profesora Rebecca Cox, jefa del Centro de Gripe de la Universidad de Bergen y del Hospital Universitario de Haukeland y colíder del grupo de investigación.
En los pacientes de COVID-19 no hospitalizados, el treinta por ciento experimentó fatiga, que fue el síntoma más común. Los niños menores de 16 años presentaban menos síntomas a largo plazo que los adultos.
Pero el profesor asociado Bjorn Blomberg, y primer autor del artículo, subraya que "los síntomas cognitivos de deterioro de la memoria y las dificultades de concentración son especialmente preocupantes para los jóvenes que van a la escuela o a la universidad, y ponen de relieve la importancia de la vacunación para prevenir las consecuencias a largo plazo para la salud de la COVID-19".