Los partos en el agua tienen unos beneficios para las madres sanas y sus bebés, según nuevas investigaciones.
Se desmostró que dar a luz bajo el agua tiene como resultado menos intervenciones médicas y complicaciones durante y después del parto.
También 36 estudios previos descubrieron que reducen significativamente el uso de epidurales, así como el dolor y sangrado tras el parto.
Un parto en el agua supone el uso de una piscina de parto para lograr la relajación y el alivio del dolor.
Los investigadores querían comparar las intervenciones de atención médica durante y después del parto entre los dos tipos diferentes, el tradicional, y bajo el agua.
Analizaron 36 estudios previos publicados entre 2000 y 2021 en los que participaron más de 150.000 mujeres.
Los estudios incluyeron una variedad de intervenciones y resultados como trabajo de parto inducido, rotura artificial de aguas, uso de epidurales, ingreso a cuidados intensivos y lactancia.
La autora principal, la Dra. Ethel Burns, de la Universidad de Oxford Brookes, dijo que el análisis de datos mostró que un parto en el agua, independientemente dentro o fuera de la piscina, tiene claros beneficios para las mujeres.
También aumentó los niveles de satisfacción de las madres, así como las probabilidades de que se fueran a casa con el perineo intacto.
Es un método efectivo para reducir el dolor en el parto sin aumentar el riesgo.