El presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos, esgrime que deberían ser los vacunados con la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 de AstraZeneca quienes tomen la decisión de recibir o no la segunda dosis e insiste en solicitar la suspensión de la prohibición de suministrarla a los menores de 60 años.
El director científico del Instituto de Investigación de Valdecilla (Idival) indica que se debe explicar los potenciales efectos adversos y a quienes hayan recibido la primera dosis hay que decirles que "es casi imposible" que sufran complicaciones con la segunda dosis. Por ello, López Hoyos considera que lo apropiado sería "dar la libertad a la gente de decidir por su cuenta, sabiendo los pros y contras". Que decidan, que sea potestad de cada uno", ha afirmado.
Ante la controversia provocada por los casos infrecuentes de trombosis detectados en personas vacunadas con el adenovirus de AstraZeneca y tras la decisión del Ejecutivo Nacional de inocularla solamente a personas entre 60 y 69 años, las posibilidades que los expertos barajan para quienes hayan recibido la primera dosis de la vacuna son tres: permitir la administración de la segunda dosis, aplicar otra vacuna (Pfizer o Moderna) o dejar la vacunación en una sola dosis, lo que supondría recibir aproximadamente un 65% de inmunización.
Ante este dilema, López Hoyos apela al caso del Reino Unido, en el que 20 millones de personas se han vacunado con AstraZeneca, donde muchas personas solo se han puesto una dosis y "están protegidos y está bajando la incidencia", ha apostillado.
El presidente de la Sociedad Española de Inmunología ha recordado que "nunca en la historia se ha vacunado a tanta gente en tan poco tiempo", por lo que es normal que surjan efectos adversos de unas vacunas que se han administrado tan rápidamente a tantos millones de personas. Finalmente, López Hoyos ha apuntado que la vacunación "sigue siendo la única solución a esta pandemia".
