viernes. 22.11.2024

Cada vez más personas, sobre todo jóvenes, se definen como veganas. Por tanto, siguen exclusivamente una dieta basada en vegetales, evitando el consumo de cualquier producto de origen animal, dado su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente.

Así, los veganos se consideran preocupados por la salud tanto del planeta como de la suya propia. Sin embargo, ¿ser vegano implica tener siempre buena salud? Investigadores del Centro de Salud Pública de la Universidad de Viena (Austria) han examinado ahora las pautas alimentarias y el comportamiento en cuanto a actividad física de los veganos y han descubierto una discrepancia entre la apariencia y la realidad en muchos casos.

Aunque muchos veganos hacen más ejercicio que la media de la población, el consumo generalizado de alimentos procesados industrialmente en este grupo no puede calificarse de beneficioso para la salud. Los resultados del estudio se han publicado recientemente en la revista científica 'Nutrients'.

El grupo de investigación, dirigido por Maria Wakolbinger y Sandra Haider, del Centro de Salud Pública de MedUni Viena, realizó una encuesta en línea a 516 personas con una edad media de 28 años que eran veganas desde hacía al menos tres meses cuando se inició el estudio. Como demostraron las respuestas a la encuesta, "ser vegano no es en sí mismo sinónimo de ser 'sano'", subraya Wakolbinger.

Por indiscutibles que sean para la ciencia los beneficios de una dieta basada en plantas para la salud, hay que tener en cuenta el grado de transformación de los alimentos consumidos, sobre todo en esta categoría.

PASTEL O FRUTA

Con este telón de fondo, el equipo de investigación llegó a la distinción entre un patrón dietético "consciente de la salud" y otro "de conveniencia" en el estilo de vida vegano. Los veganos con una calidad de dieta basada en la conveniencia (53%) se caracterizaban por un mayor consumo de pescado procesado y alternativas a la carne, aperitivos salados veganos, salsas, pasteles y otros dulces, alimentos precocinados, zumos de fruta y tipos refinados de cereales.

"Los estudios han demostrado claramente los efectos negativos de los alimentos procesados industrialmente sobre la salud", subraya Wakolbinger. "En el caso de las personas que consumen principalmente alimentos precocinados, se ha demostrado científicamente un 29 por ciento más de riesgo de mortalidad general, hasta un 51 por ciento más de riesgo de sobrepeso u obesidad, un 29 por ciento más de riesgo de enfermedades cardiovasculares y un 74 por ciento más de riesgo de diabetes tipo 2".

En contraste con el grupo de comida precocinada, los veganos (47%) clasificados como preocupados por la salud consumen más verduras, fruta, proteínas y alternativas lácteas, patatas, productos integrales, aceites y grasas vegetales, y cocinan más a menudo con ingredientes frescos.

La población vegana estudiada también resultó ser heterogénea en lo que respecta al comportamiento de actividad física: "El nivel de actividad física de los veganos es, en general, superior al de la población media de Austria. Sin embargo, como ilustra nuestro estudio, el grupo preocupado por la salud es significativamente más activo que los que pertenecen al patrón de comida precocinada", explica la primera autora, Sandra Haider.

'VEGANISMO DE POSTRE'

A diferencia del vegetarianismo, el veganismo es una forma de alimentación basada en plantas en la que no solo se prescinde de la carne, sino de todos los alimentos y subproductos de origen animal. En Austria, aproximadamente el dos por ciento de las personas siguen actualmente una dieta vegana. El término 'vegetarianismo de pudding' ya se ha establecido para variantes de la dieta vegetariana desfavorables para la salud en las que, por ejemplo, se consumen muchos dulces en lugar de carne.

"En consecuencia, el patrón dietético de conveniencia que identificamos bien podría denominarse 'veganismo pudding'", resumen las autoras sobre la concienciación a la que quieren contribuir en vista del auge del mercado de sustitutos cárnicos y lácteos ultraprocesados. En la actualidad, las alternativas veganas a la carne y la leche generan un volumen de negocio anual de 1.700 millones de euros en Europa.

Ser vegano no es sinónimo de buena salud, según un estudio