La obesidad es un problema creciente entre la sociedad española y su prevención, especialmente en personas mayores, es fundamental para garantizar una buena calidad de vida. En este sentido, mantener un peso saludable no solo reduce el riesgo de enfermedades crónicas, sino que también mejora la movilidad y el bienestar general.
Según datos extraídos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, del Módulo de Salud, la obesidad afectó al 13,9% de la población de 16 y más años en 2022. Por su parte, el 33,6% de las personas de 16 y más años tenían sobrepeso en 2022. Además, el estudio refleja que la obesidad se presentó en mayor medida en las personas mayores (18,0% en las personas de 65 y más años), que en las jóvenes (5,1% en las de 16 a 29 años).
Por otra parte, este mismo informe revela que el consumo general de verduras, ensaladas o legumbres ha disminuido con el paso de los años: el 50,6% de la población de 16 y más años afirmó consumir verdura a diario en 2022, 14,1 puntos menos que en 2017. En cualquier caso, la frecuencia de consumo se incrementa con la edad. Así, el 53,0% de las personas de 16 a 29 años consumió fruta diariamente, frente al 83,9% de las de 65 y más años.
"La población mayor tiende a tener un metabolismo más lento, lo cual lleva a quemar menos calorías, facilitando así el aumento de peso y la acumulación de grasa. Por ello, es importante vigilar su obesidad a través de dos vías: una alimentación equilibrada, prestando atención a las calorías y la calidad de los alimentos que consumen; y la actividad física regular adaptada a sus circunstancias", expresa Cristina Morillo, nutricionista de Blua de Sanitas.
Ante esta situación, los expertos de Sanitas Mayores han preparado un listado con una serie de claves para prevenir la obesidad en personas mayores:
Alimentación saludable: consumir una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros proporciona los nutrientes necesarios y ayuda a mantener un peso estable. Asimismo, es necesario limitar los alimentos procesados que suelen ser altos en grasas trans, azúcares y sodio minimiza el riesgo de acumulación de grasa y problemas metabólicos.
Hidratación constante: beber suficiente agua, caldos o infusiones sin azúcar a lo largo del día es primordial ya que contribuye a sostener el metabolismo activo y a controlar el apetito, evitando la confusión entre sed y hambre.
Monitoreo regular de la salud: realizar chequeos médicos periódicos, ya sea de manera presencial o a través de videoconsulta, permite detectar condiciones preexistentes que pueden estar afectando el peso y corregirlos de forma cautelosa.
Gestión del estrés: practicar técnicas como la meditación o el yoga son recomendables porque disminuyen la producción de cortisol, una hormona que fomenta la acumulación de grasa abdominal.
Sueño adecuado: dormir entre 7 y 8 horas diarias mejora el metabolismo y regula las hormonas del hambre, como la grelina y la leptina. Por el contrario, un descanso inadecuado fomenta la fatiga y el desequilibrio hormonal, lo que provoca un incremento de peso.
Socialización activa: es sugerible establecer una vida social activa porque previene la soledad y la depresión, que a menudo se asocian con el sedentarismo y la alimentación emocional. "Participar en actividades comunitarias o grupos de interés, como realizamos en nuestros centros, posibilita que los mayores estén más activos y comprometidos con su bienestar físico y emocional", explica Miryam Piqueras, supervisora médica de Sanitas Mayores
Actividad física adaptada: es crucial para los mayores, no solo como una herramienta eficaz para prevenir la obesidad, sino también para mejorar su calidad de vida y mantener la funcionalidad física y mental. Esta actividad debe estar adaptada a las capacidades y necesidades individuales de cada persona, asegurando que sea segura y efectiva. "Ejercicios moderados como caminar, nadar o realizar gimnasia suave pueden ayudar a controlar el peso y prevenir enfermedades crónicas relacionadas con la obesidad, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares", explica Miryam Piqueras.
"Aunque los consejos mencionados con anterioridad son básicos para prevenir la obesidad en personas mayores, estos deben ser complementados con ejercicio físico de manera regular. La actividad física no solo quema calorías y fortalece los músculos, también mejora la salud cardiovascular, la flexibilidad y el estado de ánimo. Por lo tanto, la combinación de una alimentación óptima, hidratación adecuada y ejercicio regular es la piedra angular para mantener un peso saludable y un estilo de vida activo en la población mayor", finaliza Cristina Morillo.