“Hola, ¿qué tal?, ¿quién es?, ¿para qué me llama?”. Seguramente detrás del teléfono no haya una persona joven. Pero, si lo es, preste mucha atención porque los jóvenes no suelen llamar por teléfono. Así lo reflejan las cifras: el 96,8% de los jóvenes españoles prefiere utilizar WhatsApp como canal preferente de comunicación, según un informe de la Fundación Telefónica, y el 81% de los millennials siente ansiedad antes de hacer una llamada, tal y como refleja el estudio Generation mute, millenials phone call statistics, realizado por BankMyCell.
Del SMS al WhatsApp
Coincidiendo con el 30 aniversario del nacimiento del SMS (creado en diciembre de 1992), la mensajería instantánea ha alcanzado su época dorada. WhatsApp se ha consolidado como el principal canal de comunicación entre los menores españoles, que lo usaron 41 minutos diarios de media en 2021, según el último informe de Qustodio, Del cambio a la adaptación: ‘viviendo y aprendiendo en un mundo digital’.
¿Y qué piensan los padres de ello? El último estudio de Qustodio, la plataforma líder en seguridad digital para familias, refleja que WhatsApp fue la aplicación de comunicación más bloqueada por los progenitores en España en 2021, al igual que en los dos años anteriores. Pese a ello, su tiempo de uso ha ido al alza en los últimos cursos, pasando de los 24 minutos en 2019, a los 38 minutos de 2020 hasta los 41 minutos del año pasado, lo que ha convertido a WhatsApp en el principal canal de comunicación para los jóvenes. De hecho, el uso diario de mensajería instantánea casi duplica al de llamadas, según el informe de Fundación Telefónica.
¿Por qué se llama menos por teléfono?
El estudio Generation mute, millenials phone call statistics, realizado por BankMyCell, refleja que para los jóvenes el principal motivo de rechazo a las llamadas es que les quitan demasiado tiempo, así lo afirma el 75% de los millennials encuestados. Mientras que parece que, a mayor confianza, mayor rechazo a las llamadas. Y es que el mismo estudio muestra que las llamadas de amigos (29%) y de familiares (25%) son las más propensas a ser rechazadas.
Eduardo Cruz, CEO de Qustodio, explica que “para los menores de edad es antinatural llevarse el móvil a la oreja para realizar una llamada telefónica. Han crecido tecleando continuamente en un contexto de redes sociales y les puede llegar a resultar incómodo hablar simultáneamente con una persona por teléfono. De hecho, a no ser que sea algo urgente, es mucho más común que envíen audios de voz a que llamen por teléfono”.