El pasado viernes, el propietario de la discoteca Ruta De Santiago se encontró una carta en la puerta del local.
Se trataba de un padre que pedía que por favor dejaran dormir a su hijo. Él reconoce el “derecho a pasarlo bien” de los jóvenes, pero les indica que tiene un hijo que “lleva toda la semana durmiendo mal por el ruido” y ha acabado enfermando. Su hijo necesita dormir y los jóvenes “no necesitan gritar, cantar... para pasarlo bien y puedes dejarlo recuperarse”. El efecto de los botellones tras una época de pandemia y restricciones no se ha hecho esperar y ha provocado algunos multitudinarios en algunas zonas de España. El dueño de la discoteca quiso publicar la carta en las redes. “Queremos compartir con vosotros la reflexión de un vecino o vecina. Por favor, divirtámonos con respeto”. Porque la noche a la que se refiere el hombre fue de traca.
El jaleo se montó cuando cerró la discoteca. Entonces había ya más de dos mil personas bebiendo en la calle. Fue el momento en que el dispositivo especial, formado por agentes de las policías Local y Nacional, se desplazó a la zona para desalojar a los concurrentes.
Para evitar esto el alcalde de Santiago ya ha solicitado la presencia de más antidisturbios en la ciudad. Sánchez Bugallo considera que con más efectivos habrá un “efecto disuasorio” entre los estudiantes, por lo que el martes se ha producido una reunión entre la subdelegada del Gobierno, María Rivas, y el concejal de Seguridad Ciudadana de Santiago, Gonzalo Muíños. Se ha acordado reforzar la presencia de policías locales y nacionales en Santiago “desde primera hora” de la noche, para situaciones similares a las del pasado jueves.