La llegada del verano y el periodo vacacional, y este segundo año de pandemia de manera especial debido al proceso de reducción de las restricciones por la pandemia del Covid-19, siempre conlleva una serie de hábitos de consumo específicos. Un consumo que podría denominarse 'estacional' que abarca múltiples sectores, desde el ámbito tecnológico hasta los destinados a la población infantil-juvenil, pasando por material sanitario-higiene o aquellos productos para la protección personal. Aunque estos productos se someten a controles periódicos por la inspección de consumo, siempre es recomendable que toda persona consumidora ejerza un consumo responsable.
En este sentido, un producto esencial en verano –y durante todo el año, especialmente en Andalucía– para nuestra salud ocular son las gafas de sol. Desde Consumo Responde recuerdan que todos los establecimientos donde se venden estos complementos cumplen las condiciones idóneas en las gafas de sol que comercializan.
Las gafas de sol deben cumplir una serie de requisitos, centrados en su etiquetado, el cual tendrá que incluir aspectos como el marcado CE, la identificación del modelo; entidad fabricante o suministradora; referencia a la norma 12312 (protección ocular y facial); y tipo de filtro utilizado: polarizado, fotométrico o degradado.
El sol no sólo afecta a nuestros ojos, sino también es un factor de riesgo para la piel. La mayor exposición al sol en verano hace obligatoria la aplicación de protección solar, si esta exposición va a ser prolongada. Estos productos deben proteger a las radiaciones ultravioleta B y A y deberán llevar en su etiqueta advertencias en las que se indique que no constituyen una protección 100%, además de consejos sobre las precauciones a tomar, como no permanecer mucho tiempo al sol, mantener a bebés y a los niños y a las niñas fuera de la luz solar directa. El factor debe ser de 6 como mínimo (UVB) y de ⅓ del factor de protección solar (UVA).
Dentro de estas recomendaciones de consumo estival, también habría que poner el foco en productos dirigidos al baño, sobre todo para la población infantil, como serían flotadores, barcos hinchables o todo tipo de utensilios para el baño. Ante todo, debe leerse bien la etiqueta y las instrucciones de uso, con advertencias de seguridad y de riesgo para personas menores de 3 años claramente especificadas.
Por último, como recordatorio de Consumo Responde de cara a este verano, en esta época suelen incrementarse las intoxicaciones e incidencias alimentarias entre la población. En este caso, el consejo se dirige a quienes hubieran adquirido un producto alimenticio en un determinado establecimiento comercial, o tras haber consumido alimentos en un bar o restaurante, sufrieran un caso de intoxicación alimentario.
Asimismo, si el alimento se encontraba en mal estado, aunque no se sufriera intoxicación, como persona consumidora disconforme con un producto tiene el derecho de solicitar una hoja de quejas y reclamaciones al establecimiento donde adquirió o consumió el producto si desea la devolución del importe pagado. Cabe la posibilidad de elevar denuncia ante la Administración, a la que se podrá solicitar el inicio de un expediente sancionador contra el establecimiento o empresa o que se realice una inspección de consumo. Adjuntar el tiquet resulta clave en estos procedimientos.