Todo el mundo se ha pensado dos veces lo de tirarse al agua después de comer por el famoso corte de digestión. Un tema que repiten constantemente los padres y madres cada verano, pero, ¿es real el famoso corte de digestión?
Se conoce como corte de digestión el resultado del frenazo del proceso por un cambio brusco de temperatura en el cuerpo que sucede cuando, por ejemplo, nos metemos al agua fría. Pero muchos expertos coinciden que los supuestos efectos del corte de digestión no es tan dañino ni es tan fácil que ocurra. ¿Es un mito el corte de digestión o una realidad?
El corte digestión se produce cuando, se da un cambio brusco de temperatura y el proceso de digestión se ve interrumpido. Cuando hacemos la digestión el flujo sanguíneo se concentra en el estómago, por lo que la cantidad de sangre repartida en el resto del cuerpo puede ser menor. Meterse en agua fría hará que el cuerpo demande más sangre en otras zonas para compensar la pérdida de temperatura corporal. Por ello, a veces puede frenarse el proceso de digestión.
Los síntomas son malestar y vómitos frecuentes, como piel pálida, mareos, descenso de la tensión arterial, zumbidos en los oídos, piel de gallina... A veces la bajada de tensión puede causar pérdida de consciencia y muy rara vez, en extremos puede ocasionarse una parada cardiorrespiratoria. Es la llamada hidrocución, un estado de síncope o postración de las funciones vitales (pulso y respiración), producido por un cambio brusco de temperatura que sufre el cuerpo debido a una inmersión súbita en el agua y termina en parada cardiorrespiratoria.
Debido a ello, si notamos síntomas, debemos salir del agua o de aquella situación que provoque el cambio de temperatura. Después hay que tumbarse con las piernas ligeramente elevadas para que no se produzca una lipotimia. Dar calor a la persona afectada le ayudará a recuperarse su temperatura corporal. En el caso de haber vómitos o diarrea, es importante rehidratar el cuerpo. Si se diera el caso extremo de parada cardiorrespiratoria, hay que iniciar las maniobras de reanimación y llamar a una ambulancia.
Para evitar este suceso, se recomienda no hacer comidas abundantes antes del baño y evitar meterse en el agua de manera brusca, mejor hacerlo poco a poco para que el cuerpo se habitúe.
Cuanto mayor sea el contraste de temperaturas, más posibilidades hay de sufrir un corte de digestión, si la temperatura exterior es muy alta, el cuerpo eleva su temperatura y meterse en agua helada provocará un efecto más dramático en tu organismo. También influye la temperatura del agua, no es igual bañarse en Galicia que en Valencia.
Además, que existen determinados grupos de personas más propensos a sufrir un corte de digestión. Como los bebés, niños y ancianos. En todos estos casos, la exposición al sol debe ser moderada y se debe mantener una hidratación constante.