21 de julio de 2021, 19:11
La aparición de hongos en pies y uñas es de lo más habitual en temporada de verano. Durante las vacaciones estivales pasamos horas en piscinas y duchas, muchas veces compartidas por cientos de personas descalzas. Estos factores contribuyen a la aparición de esta molesta infección. Lo más recomendable es intentar por todos los medios posibles evitar estos hongos de antemano, puesto que su eliminación suele ser tediosa, complicada y larga.
En verano nos pasamos gran parte del día descalzos y es habitual compartir espacios húmedos (piscinas, duchas, etc.) con cientos de personas. En este sentido, cuantas más precauciones tomemos, mejor. El simple hecho de andar por el borde de una piscina sin zapatos puede hacer que contraigamos la fastidiosa infección. Por lo tanto, la regla n°1 a seguir si queremos prevenir los hongos en los pies es asegurarnos de ir calzados siempre.También es muy importante que el calzado que usemos sea transpirable, que no permita la acumulación de sudor. Generalmente, los hongos aparecen cuando exponemos nuestros pies a humedad directa o no los secamos del todo. No llevar un calzado adecuado puede, además, hacer que suframos esta infección también en invierno.
De todas formas, la época estival es en la que debemos estar más alerta. Las altas temperaturas también favorecen la aparición de hongos, igual que el nivel de limpieza de las instalaciones públicas o privadas. No obstante, no debemos apelar a estos factores a la hora de prevenir la infección: secar bien nuestros pies e ir siempre calzados sí está en nuestra mano, y es lo mínimo que podemos hacer para librarnos de los hongos en los pies.
La higiene es fundamental en este caso, puesto que los hongos se contraen muy rápidamente. Debemos lavar nuestros pies a conciencia: centrarnos en los pliegues de los dedos y en conseguir un buen secado. Cortar las uñas de los pies y mantenerlos hidratados a diario también contribuirá en nuestro cometido.
El calzado también es un gran campo de cultivo para los hongos. Debemos elegir zapatos transpirables y no muy estrechos. De vez en cuando podemos limpiarlos con productos desinfectantes que absorban el exceso de humedad. No es recomendable compartir toallas, zapatos o calcetines con otras personas.
Si después de seguir todos los consejos contraemos la infección deberemos empezar un tratamiento antihongos. Estos se pueden comprar en farmacias, pero lo ideal es visitar al dermatólogo para que nos recete un tratamiento a medida para nuestro caso particular. Los remedios naturales como el ajo o el aceite de árbol de té pueden ser de gran ayuda como complemento al tratamiento médico, al tratarse de productos antibacterianos.