martes. 11.02.2025

Kendrick Lamar electrificó el medio tiempo del Super Bowl LIX con una actuación cargada de energía, mensajes potentes y controversias. En el Caesars Superdome de Nueva Orleans, el rapero californiano presentó un espectáculo que mezcló ritmos urbanos, simbolismos culturales y ataques directos hacia su rival, Drake, en una velada que dejó mucho de qué hablar.

El evento arrancó con una imponente introducción a cargo de Samuel L. Jackson, quien, vestido como el icónico Uncle Sam, ofreció un guiño patriótico al público mientras daba paso a Lamar. El escenario, adornado con elementos urbanos como coches y farolas, se iluminó con los colores rojo, blanco y azul, que también dominaron el vestuario de los bailarines. Entre ellos destacó Serena Williams, quien lució un atuendo azul y ejecutó su característico Crip Walk.

Uno de los momentos más impactantes fue la interpretación de Not Like Us, una canción que ha avivado la polémica entre Kendrick y Drake. En este tema, Lamar repite acusaciones no comprobadas sobre la vida personal del canadiense, incluyendo rumores de pederastia y una supuesta hija secreta. Como guiño a la canción, Kendrick lució un collar con una letra “a” incrustada de diamantes, haciendo referencia a un juego de palabras en la letra. A pesar de la controversia, Drake ya había respondido previamente con The Heart Part 6, negando todas las acusaciones.

Aunque Lamar no interpretó Meet the Grahams, una de sus canciones más agresivas contra Drake y su familia, sí incluyó Euphoria, donde lo describe como un "manipulador maestro y mentiroso". Durante el espectáculo, el rapero también presentó una fusión de sus éxitos más aclamados, como Humble, DNA, Peekaboo, y All the Stars. SZA se unió al escenario como invitada especial, mostrando la química que ambos artistas compartirán en su próxima gira por Norteamérica.

La velada no estuvo exenta de interrupciones. Un hombre con una bandera palestina logró invadir el campo y ondearla brevemente antes de ser detenido por la seguridad del estadio, un hecho que no pasó desapercibido entre los asistentes, entre los que se encontraba el presidente Donald Trump. Este incidente destacó en una noche ya cargada de simbolismo y controversia.

Con su actuación, Kendrick Lamar reafirmó su lugar como uno de los artistas más influyentes de su generación, intercalando mensajes sociales en su música y marcando el inicio de un 2025 que ya lo vio arrasar con cinco premios Grammy apenas una semana antes. No es la primera vez que brilla en este escenario, ya que en 2022 compartió el espectáculo de medio tiempo con figuras como Snoop Dogg, Eminem y 50 Cent. Sin embargo, este año, su actuación dejó una huella que será recordada tanto por su talento musical como por las tensiones que avivó dentro y fuera del escenario.

Kendrick Lamar llevó su beef personal con Drake al show de la Super Bowl