Siendo la joya de la corona de Granada, la Alhambra es un completo que funcionaría en antaño como ciudad. Está compuesta de diferentes palacios con muchos jardines amplios y huertos, rodeado todo por unas murallas defensivas. No solo es belleza lo que rodea a la Alhambra, sino muchos detalles como agricultura, matemáticas e incluso un gran nivel de ingeniería. Cada sala, cada canal de agua y cada huerto está diseñado para un uso más que óptimo.
Empezamos la visita en los palacios nazaríes, donde se sitúa una de las partes más icónicas de la Alhambra, el patio de los leones. Pocos patios se ven en el mundo como este. Suelos de cerámica y cada arco decorada con detalles geométricos y con motivos florales. En el centro del patio pero sin poder acercarnos demasiado, tenemos la fuente que le da nombre a este patio. A lo largo del patio vemos ventanas que dan al Albayzín, donde la gente se para a disfrutar de las vistas.
Según vamos paseando por los palacios vemos una buena disposición de las luces naturales. Miles de ventanas colocadas en puntos exactos, hacen de la Alhambra una obra de arte de la ingeniería de la época. Si hablamos de los detalles tanto en paredes como en techos, podríamos quedarnos mirando cada detalle y nos faltarían horas.
Salimos de los palacios y ahora el protagonista no es la arquitectura, sino el agua. En esta parte de la visita tenemos los jardines del Partal. Son unos jardines tan grandes y con una vida entre sus pasillos que en ese momento entiendes a los reyes granadinos y el tiempo que empleaban entre tanta vegetación para disfrutar de la paz. No olvidemos que a cada paso, tenemos también vistas de la ciudad de Granada y sus alrededores.
Seguimos en nuestra ruta de la Alhambra y acabamos en el Generalife. También conocido como la Casa Real de la felicidad, era la zona donde los reyes descansaban, por lo que la disposición de las decoraciones tenían su especialidad también. La arquitectura es algo más simple pero los jardines no tienen desperdicio.
Esto es tan solo una pequeña porción de el tesoro de la Alhambra y del Generalife. Se necesitaría todo un día para poder contemplar todo su esplendor. Y no solo el día. En cuanto cae la noche, sentimos como si viéramos otros edificios completamente diferentes. La magia que rodea a la Alhambra no tiene comparación. Esta frase puede que no se entienda con palabras o incluso con imágenes, pero se vive cuando estás dentro. Ojala sea pronto ese momento.
