El Atlético de Madrid inició con pie derecho la Champions League. El conjunto colchonero reaccionó a tiempo para vencer con determinación 1-2 al Mónaco, en el estadio Luis II, en la primera jornada de la Liga de Campeones. Luego de los últimos dos tropiezos en Liga ante el Celta y el Eibar, la escuadra rojiblanca, hoy celeste, vuelve a sonreír en la máxima justa.
El compromiso no arrancó de la mejor manera para los dirigidos por Diego Pablo Simeone, que vieron como el árbitro les anuló un de Godín tras una falta previa de José Giménez en el remate del uruguayo, a los dos minutos de compromiso. Al 18, el conjunto local tomó la delantera tras una sucesión de errores que derivó en el gol del francés Grandsir, que metió la puntera para batir a Oblak en el corazón del área.
Con más eficacia que brillo, la escuadra madrileña subo recomponerse y a los 31 minutos de partido, Diego Costa puso las tablas en el marcador tras una acción entre Koke y Griezmann, que acabó asistiendo al hispano-brasileño. Giménez sería el encargado de firmar la remontada, en el ocaso de la primera mitad. El defensor charrúa conectó con potencia un saque de esquina servido por el centrocampista español, para batir a Benaglio segundos antes del descanso.
Con el resultado a favor y controlando los tiempos del partido, el Atlético rearmó su planteamiento para los segundos 45 minutos. Si bien no asumió riesgos con la pelota, sí que lo hizo en el repliegue, pues ese paso atrás que dio conforme fue avanzando el duelo apunto estuvo de costarle el empate en las últimas acciones del compromiso. El último gran susto fue obra de Glik con un remate de cabeza en el minuto 91, pero el marcador no se movió.
👀⚽ La mirada del GOL@AntoGriezmann 😊➡ @diegocosta #ASMAtleti #UCL #AúpaAtleti pic.twitter.com/2rf6qWONys
— Atlético de Madrid (@Atleti) 18 de septiembre de 2018
Así, pues, el Atlético de Madrid se marchó del Principado con una sufrida, pero merecida victoria, que se lograron con determinación y entereza. Los colchoneros despertaron cuando tuvieron que hacerlo para darle la vuelta a la tortilla, si bien el equipo estuvo falto de autoridad. Un triunfo valioso que además de rearmar la idea rojiblanca, es una inyección de oxígeno para una plantilla que sueña con alcanzar la final de esta edición de la Copa de Europa, que se disputará en el Wanda Metropolitano.