La tenista Carla Suárez anunciaba poner punto y final a un bache en su vida. Y es que a pesar de tener que hacer frente a un confinamiento por la pandemia de la Covid-19, eso quedó en un segundo lugar tras ser diagnosticada con un cáncer conocido como linfoma de Hodgkin. El pasado 22 de abril ya lo hacía de manera oficial tras superar dicha enfermedad a través de sus redes sociales.
Carla regresó a las pistas para entrenar después de siete meses y afronta la prórroga de su retirada que había planeado antes del revés. Siempre tuvo un objetivo claro: alcanzar una plaza para los Juegos Olímpicos de Tokio y la cual se decidirá después del Grand Slam de Roland Garros.
En su calendario siempre ha tenido marcada cuatro fechas en las que centraba su máximo esfuerzo y trabajo para recuperar y llegar: Roland Garros, Wimbeldon, JJ.OO y US Open. A pesar de su incansable lucha, Carla estará en el Open Parisino. Estará dentro de los cuadros individuales femeninos que se sortearan el próximo jueves. La canaria llega in la necesidad de tener que utilizar su ranking protegido como consecuencia de haber estado fuera del circuito tras su parón por la enfermedad.
Por eso, Clara tras ganar una de las batallas más importantes de su vida ha decidido volver a las pistas, solo para retomar la retirada que había planeado y anunciado antes del confinamiento. Si sus planes salen como lo previsto, a finales de 2021 Carla Suárez dirá adiós al tenis casi definitivamente. Por ahora, no se ve cerca en ningún otro rol. “Tengo planes que no tienen nada que ver con el tenis pero nunca se sabe, porque si algo he aprendido es que cambian en cualquier momento”. Lo único que tiene claro, recalca, es que quiere ser madre, algo que nunca pensó hacer como deportista. “Es una de las principales razones por las que poco a poco fui dejando de jugar, porque no quiero dejarlo muchos años y siempre he tenido claro que no volvería a jugar después”.