Connor Williams es un jugador de baloncesto que no obedece al prototipo de lo que debe de ser un deportista. El joven de 20 años mide 2,13 metros y pesa nada menos que 163 kilos. La joven promesa del baloncesto estadounidense juega en la liga universitaria del país d elas barras y estrellas, todo esto le ha convertido en un fenómeno viral del deporte universitario.
Parece mentira que tan solo tenga 20 años con su físico pero es la realidad. Aun así, Williams es la sensación del baloncesto universitario y a pesar de estas medidas no son las más habituales en su deporte, Connor da una lección de buen baloncesto cada vez que pone un pie en la cancha.
La tranquilidad que suele caracterizar a los jugadores grandes les permite gozar de una increíble visión de juego, y Williams no se queda atrás, siendo un gran asistente y, a pesar de ser un interior, posee una muy buena muñeca para tirar bien desde el exterior, como odo jugador del siglo XXI necesita para destacar.
Connor Williams estudia ciberseguridad y se le empezó a conocer en una jugada en la que va al suelo tras tropezar con un rival y le cuesta levantarse, pero renqueante pide la pelota y termina dando una asistencia que asombró a todos.
"Me caí y me quedé fuera del juego, me dolió pero me tenía que levantar y hacer el pase", explica. Una jugada que para el bueno de Williams no está entre las mejores de su repertorio: "No es ni de lejos mi mejor asistencia", pero con ella se hizo viral y está aprovechando la popularidad para vender ropa con su logo y donar parte de lo recaudado a fundaciones locales. Le llaman 'Big Cozy', lo que viene a decir que es una gran persona y muy amigable.
