El próximo 14 de julio, José Manuel López, un triatleta amateur de 50 años, empezará una compleja travesía a nado que une Mallorca con Barcelona. "Es unir mis dos puntos de vida. Nací en Barcelona pero resido en Mallorca", explica. Por el camino se deberá enfrentar a múltiples adversidades y 200.000 brazadas conseguirán que alcance su destino. Le acompañará un equipo de 20 personas en veleros y motoras con el personal sanitario pertinente.
No es la primera vez que José Manuel realiza una hazaña de este calibre, ya en 2008 cruzó el Estrecho de Gibraltar para llegar a Marruecos a arreglar un hospital. Integrador social de profesión y dedicado a las personas que sufren problemas de salud mental, llegó a realizar 30 ironman seguidos y 90 en tan solo un año, durante 2013 y 2014.
El camino no va a ser fácil, como él expone, ya que “la alimentación no va a ser fácil al estar en horizontal y las digestiones tampoco por la gravedad: al estar tumbado siempre hay náuseas o mareos. Además de la hipotermia, a causa de la diferencia de temperatura de la mañana a la noche".
Su pasión por la solidaridad no podía faltar en un reto así. Con todo lo recaudado comprará material para crear un deporte más inclusivo, ayudarán a personas sin hogar y crearán una fosa séptica en Guatemala. “Llevamos construyendo seis años una escuela con nuestras manos para más de 200 niños", explica el catalán.
Se puede enviar ayuda a José Manuel en su página web lacruzada.org y seguirá recorriendo kilómetros por los más necesitados, ya sea corriendo, en bicicleta o a nado. Él explica que su lema es “deporte con propósito”. “Quiero que mis actividades tengan repercusión para los demás”.