En el sótano de la debacle culé parece no haber fondo sea quien sea el entrenador. El conjunto que dirigió por última vez Sergi Barjuan hizo una gran primera parte con un fútbol que recordaba a los mejores tiempos del Barcelona. Con toques rápidos y precisos que hacían sus ataques imparables para la defensa de un Celta, que no ha tenido el mejor inicio de temporada y se codea con los puestos de descenso.
El Oasis en Medio del Desierto
El Barcelona fue impulsado por el joven Ansu Fati que parece destinado a cosas muy grandes en Camp Barça. Los de Sergi Barjuan salieron muy enchufados desde el comienzo dominando la posición pero creando peligro con esta, no aburriendo al espectador con pases horizontales continuos sin verticalidad. Ansu Fati, una vez más fue el encargado de culminar ese dominio tempranero con un maravilloso gol.
El delantero azulgrana se marcó una maravillosa acción individual de las que nos tiene acostumbrados tras un gran pase a la espalda de la defensa de Jordi Alba para introducir el balón en las mallas de Dituro. El partido comenzó con gran intensidad de los culés que una vez anotaron el primer gol no bajaron el pie del acelerador y continuaron presionando y dominando el ritmo del encuentro con la posesión del balón, pero mostrando las carencias defensivas que ha tenido a lo largo de la temporada, carencias que más adelante les jugaría una mala pasada.
Tras varios pequeños sustos del Celta de Vigo debido a la baja intensidad defensiva de Lenglet, el Barcelona puso una piedra más en el camino del Celta. Nico realizó una buena carrera por banda izquierda centrando el balón al área para que el capitán blaugrana, Busquets, controlara el balón y con la diestra pusiera el balón en la red lejos de las manos de Dituro. El Celta quedó tocado tras recibir dos goles en tan solo 20 minutos de partido, perdiendo algún que otro balón en la salida que podría haberle ocasionado un susto más grande.
El Barcelona se defendía un poco mejor gracias a la presión adelantada y seguía oprimiendo poco a poco al Celta con su juego con algunas ocasiones de Depay y Ansu Fati. A pesar de sus despistes en defensa el Barcelona parecía más enchufado que nunca en esta temporada y Depay se encargó de recalcarlo aprovechando el horrible nivel de la defensa celeste marcando el 0-3 con un remate de cabeza desde el primer palo al segundo ante la mirada de Dituro. El Barcelona parecía uno completamente nuevo e ilusionaba con su nivel, sumado al anuncio oficial de Xavi como nuevo entrenador.
Pero las alegrías en Camp Barça esta temporada son más bien efímeras. Ya prácticamente acabada la primera parte en un balón largo a la espalda de la defensa celeste Ansu Fati se rompió. En la carrera el delantero que había sido convocado por Luis Enrique se frenó y no pudo seguir corriendo tras sufrir un tirón en el bíceps femoral, dejándole fuera del partido en lo que suponía un presagio de lo que estaba por venir.
La Gran Debacle
Más allá de la lesión de Ansu Fati, las sensaciones atrás del Barcelona a lo largo de la primera parte y de cara al final de la misma no habían sido buenas, confiándose y dando por hecho el resultado cuando aún quedaban 45 minutos por jugarse. 45 minutos que iban a ser un calvario para los culés.
El primer susto para la defensa blaugrana no se haría esperar, pues tan solo 5 minutos después del comienzo de la segunda parte el Celta avisó con un gol anulado por fuera de juego de Galhardo. El Celta llegaba con gran facilidad y la defensa del Barcelona estaba mucho más hundida en su área que en la primera parte. Hasta que llegó lo que se venía avisando desde el primer periodo. Iago Aspas se encargó de introducir el balón en la portería de Ter Stegen con un disparo maravilloso tras una jugada carambolesca donde Araujo tuvo que despejar sobre la línea el disparo de Galán.
El sueño del Barcelona se iba tornando pesadilla poco a poco con el paso de los minutos. Con una tremenda falta de intensidad que recordaba inevitablemente a otras remontadas sufridas en contra en fases europeas. El Celta seguía acosando al Barcelona y en lo que parecía un destello de luz en la oscuridad con una gran jugada individual de Nico, llegó el segundo y gran percance, Nico se lesionó en esa jugada teniendo que ser sustituido.
Balaídos veía posible la remontada hasta el punto de pedir como locos un penalti que Hernández Hernández no señaló al considerar que la carga de Mingueza sobre Galhardo no había sido suficiente para señalar la pena máxima. El Celta apretaba y el Barcelona no se enteraba de la misa la mitad. El árbitro tuvo que anular un gol más de los gallegos, que estaban hartos con el arbitraje. Accion que Hernández Hernández anuló por mano de Nolito y no la revisó en el VAR.
El Var quería salvar la gesta del Barcelona pero ni el arbitraje pudo parar el aluvión de ocasiones celeste que caía sobre el área de Ter Stegen. Tras un centro de Cervi en una mala jugada de Riqui Puig, Nolito cabeceó el balón a la red poniendo el empate a un solo tanto. Tanto que llegaría en el peor momento para los culés, cuando más duele, en el descuento. La gloria está separada del fracaso por tan solo un paso, o en este caso, una jugada en el minuto 95, cuando Iago Aspas cuando el árbitro se disponía a casi pitar el final empataba el marcador con un zurdazo espectacular que volvía realidad la pesadilla del Barcelona.