¿Preparado para despedirte del horario de verano? Este domingo 27 de octubre, a las 3:00 horas de la madrugada, volveremos al horario de invierno. Recuerda que en ese momento los relojes se retrasarán una hora, volviendo a las 2:00 horas. En Canarias, las 2 de la madrugada pasarán a ser la 1.
¿Qué significa esto para ti?
Básicamente, una hora más de sueño. Trata de disfrutar de esa hora ganada para el sueño, aunque puede que tu cuerpo necesite unos días para adaptarse al nuevo horario.
El cambio de hora supone también días más cortos y noches que se irán haciendo más largas. El inicio del otoño es la época del año en que la longitud del día se acorta más rápidamente. A las latitudes de la península, el Sol sale por las mañanas más de un minuto después que el día anterior, y por la tarde se pone más de un minuto antes. Como consecuencia, al inicio del otoño, el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte disminuye casi tres minutos cada día, según el Instituto Geográfico Nacional.
¿Sabías que...?
El otoño puede comenzar en cuatro fechas distintas, entre el 21 y el 24 de septiembre.
Este año, el otoño durará 89 días y 21 horas, hasta el 21 de diciembre.
El 2 de octubre, no te pierdas el eclipse anular de Sol. Consulta la web del Instituto Geográfico Nacional para más información sobre este y otros eventos astronómicos del otoño.
¿Se eliminará el cambio de hora?
Aunque el Parlamento Europeo votó a favor de eliminarlo en 2019, aún no hay una decisión definitiva.
¿Se ahorra energía con el cambio de hora?
No es algo seguro. Una estimación del 2015 del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) señala que el potencial de ahorro en iluminación podría alcanzar en torno a 300 millones de euros, el equivalente al 5 por ciento del total.
No obstante, fuentes del IDAE consultadas por Europa Press en 2022 aseguraban que realmente no existen en este momento en España informes actualizados que permitan asegurar que el cambio de hora lleve asociados ahorros energéticos.
Además, observaban que las nuevas exigencias de eficiencia energética en iluminación, en los sistemas de climatización y en los propios edificios.