Los que se plantean contratar financiar la compra de una vivienda se topan ahora con una situación inusualmente beneficiosa: el euríbor desciende mes tras mes, lo que resulta conveniente si se tiene un tipo variable ligado a este índice, y la banca española libra una guerra comercial que está abaratando sus ofertas hipotecarias a tipo fijo. Y eso, aunque es en esencia positivo, dificulta elegir si la hipoteca debe tener un interés fijo, variable o mixto.
Según el comparador financiero HelpMyCash.com, no es recomendable dejarse llevar por el contexto actual para tomar esta decisión, dado que el euríbor puede cambiar mucho durante los 20 o 30 años que dura una hipoteca y es imposible saber, a la larga, si se pagará menos con un interés fijo, uno variable o uno mixto. Y por este motivo, sus analistas aconsejan elegir la modalidad en función de la tolerancia al riesgo del cliente.
A quién conviene una hipoteca fija
La hipoteca fija, por ejemplo, tiene unas características que se adaptan mejor a una persona con poca tolerancia al riesgo. Sus cuotas se mantienen siempre constantes, así que no pueden encarecerse si el euríbor sube. Esto permite planificar mejor los pagos, aunque también tiene una contrapartida: si el euríbor baja, el cliente no podrá beneficiarse de unas mensualidades más baratas.
Por este motivo, desde HelpMyCash señalan que es importante contratar una hipoteca fija con un interés atractivo para no pagar mucho más de la cuenta en caso de que el euríbor se mantenga relativamente bajo durante el plazo de reembolso. Actualmente, las ofertas a tipo fijo tienen un precio que puede considerarse competitivo en términos históricos; de en torno al 2,75% o incluso por debajo.
Ahora bien, conviene recordar que el interés de una hipoteca no está esculpido en piedra. Si los bancos, en el futuro, ofrecen unos tipos fijos más bajos que el contratado ahora, se puede tratar de refinanciar el préstamo hipotecario para rebajar su interés, ya sea mediante un pacto con la propia entidad o con el traslado a un nuevo banco.
A quién conviene una hipoteca variable
Una hipoteca variable, en cambio, tiene un interés que está ligado a la evolución del euríbor. Cuando este índice desciende, sus cuotas se abaratan, mientras que cuando sube, las mensualidades se encarecen. Por lo tanto, es más adecuada para un cliente dispuesto a asumir riesgos porque cree que el euríbor estará bajo durante la mayor parte del plazo.
El último valor registrado por el euríbor fue del 2,691% (el de octubre de 2024), pero su tendencia es claramente a la baja: según los analistas del comparador, cotizaba a más del 4% hace un año y a más del 3,5% hace un semestre. Si se contrata una hipoteca variable, por lo tanto, es probable que sus cuotas se abaraten a corto plazo, cuando su interés se revise (la actualización puede ser anual o semestral).
Sin embargo, es imposible prever cuál será su evolución a medio y a largo plazo. Por este motivo, si el cliente se decanta por un interés variable, debe asegurarse de poder pagar las cuotas sin complicaciones en caso de que el euríbor suba en el futuro. En la página web de HelpMyCash se puede utilizar un simulador gratuito de hipoteca variable para calcular a cuánto ascenderían las mensualidades con los valores mínimos y máximos históricos de este índice.
A quién conviene una hipoteca mixta
La hipoteca mixta representa el término medio entre las dos anteriores modalidades. En España, estos productos tienen un interés fijo durante un primer período, que puede durar de tres a 20 años en función de la oferta de cada banco, y un tipo variable para el resto del plazo. Y el interés del primer tramo, por norma general, es más bajo que el de las hipotecas fijas.
Por lo tanto, esta modalidad es conveniente para aquellas personas que quieren protegerse de los vaivenes del euríbor a corto o a medio plazo y que desean pagar unas cuotas más asequibles que las que abonarían con una hipoteca fija. Además, si el cliente cuenta con capacidad de ahorro, podrá realizar pagos adelantados para acortar el período de devolución y reducir el tiempo de aplicación del tipo variable.
Eso sí, antes de optar por un tipo mixto, conviene conocer sus inconvenientes. Durante el primer tramo, cuando el interés sea fijo, el hipotecado no podrá beneficiarse de las bajadas del euríbor que puedan producirse. Y durante el segundo, ya a tipo variable, si este índice se dispara, las cuotas sí se encarecerán.