Carmen Calvo, recién nombrada presidenta del Consejo de Estado, exvicepresidenta primera y exministra de la Presidencia y hasta ahora presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, ha presentado este miércoles 14 de febrero su libro 'Nosotras: el feminismo en la democracia', en el que aborda toda su trayectoria, la lucha contra la violencia machista y la igualdad. En el mismo, señala que la fraternidad entre feministas y el colectivo LGTBI "funciona", pero "solo hasta que emergen intereses enfrentados".
Además, en su intervención durante la presentación del libro --en el que no hace alusión a la exministra de Igualdad, Irene Montero--, Calvo ha recalcado que es "abolicionista" y que "la prostitución es violencia contra las mujeres". "Europa tiene que empezar a dar señales contundentes sobre esto", ha sentenciado. En este sentido, ha explicado que se trata de un "eje" que ha dividido posiciones en el feminismo.
"Si alguien ha pensado que el feminismo era un espacio tranquilo, teniendo en cuenta que lo que debatimos es la transformación del formato de vida milenario, pues hay que ser ingenuo", ha subrayado.
Asimismo, ha expuesto que, para ella, el feminismo "tiene que ver con la igualdad de posiciones, derechos, oportunidades, de expectativas y de realidades para hombres o para mujeres" y que, a su juicio, la democracia "tiene que responder" a problemas que para las mujeres son "determinantes", para "mejorar la seguridad" de sus vidas.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha apelado en diferentes ocasiones a la "unidad" del feminismo. Sin embargo, la socialista acudió el pasado 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, a la manifestación convocada por el Foro de Madrid y no a la marcha de la Comisión 8M. Preguntada sobre a qué convocatoria debería ir el próximo 8M la titular de la cartera de Igualdad, Calvo ha explicado que ella no es quién para decirle qué es "lo que tiene que hacer o dejar de hacer". "De lo que se trata es de que la agenda de los problemas de las mujeres sea la que importe para tomar decisiones", ha precisado.
En este sentido, la autora explica en el ensayo que el movimiento feminista ha estado siempre "muy cerca" de todos los movimientos que "han reivindicado salir de la injusticia" y considera que han sido "solidarias".
"Una cosa es que exijamos salir de la injusticia y otra muy distinta que se pretenda incluir a más de la mitad de la población del planeta en el concepto colectivo, o al mismo nivel, porque la mitad de los negros son negras, la mitad de los menores son niñas y la mitad del colectivo LGTBI lo forman mujeres. Luego este planteamiento no resiste un asalto intelectual. Esta fraternidad funciona, pero solo hasta que emergen intereses enfrentados", asegura.
En esta misma línea, destaca que "tener que aclarar cuál es la lucha del feminismo" mientras su causa "se solapa" con las de "otras minorías", es "inaceptable".
"SALTO PELIGROSO"
Además, Calvo critica que "la igualdad de trato" se ha convertido "más en una defensa y atención de la diversidad al anteponerse a la propia igualdad", una cuestión que considera un "salto peligroso" que se ha dado en estas primeras décadas del siglo XXI.
"Priorizando el concepto de diversidad sobre el de igualdad no estamos construyendo nada nuevo ni mejor, en absoluto", denuncia.
Al ser preguntada por las críticas a la directora del Instituto de las Mujeres, Isabel García, acusándola de "tránsfoba", Calvo ha señalado que se trata de una mujer que conoce "muy bien". "Tiene nada más y nada menos que la acreditación de haber sido la secretaria federal de los colectivos LGBTI del partido socialista, que representamos ambas. Sospecha, ninguna de la defensa que ella ha hecho de los derechos de los colectivos LGTBI contra la discriminación", ha asegurado.
Por otro lado, Calvo añade en el libro que en el ascensor profesional y social, las mujeres parten con "dificultades" a las que los hombres "jamás" tendrán que enfrentarse. "A un hombre nunca le pedirán un test de embarazo negativo para empezar a trabajar. Ellos nunca tendrán que vivir esa realidad", indica.
En este sentido, denuncia que son "muchos" los hombres que "se hacen feministas", "se venden como feministas" o "los venden como feministas", pero que "no hay hombres feministas", sino "profundamente demócratas que saben cómo tiene que alcanzar la democracia el escalón del reconocimiento en igualdad de condiciones de los derechos y de las libertades de las mujeres con relación a los hombres".
En todo caso, convoca a los varones, de los que espera que "aprendan a cambiar su conciencia para entender el nuevo camino". "El futuro será de quienes inexorablemente entiendan la igualdad. Así, sin trampas", asegura.
Asimismo, en el ensayo carga contra Vox y PP y expone que el PSOE es el partido "más comprometido" con el feminismo. Respecto a los populares, critica que "recurren todas las leyes de igualdad" y que, "salvo en cuestiones puntuales, van a rastras y en contra de lo que el feminismo supone como cambio estructural de todo el modelo".
Sobre los mensajes negacionistas, ha asegurado que el movimiento feminista es "determinante" para entender el siglo XIX, XX y XXI y que cualquiera que no conozca la historia o que se coloque en una posición "irreal" o "ingenua", no habría previsto que habría debates y "contestación". En este sentido, ha indicado que el feminismo tiene contestación porque es "muy importante" y que, si no, "no la tendría".
LA VIOLENCIA DE GÉNERO, LO "MÁS URGENTE"
Respecto a la violencia de género, indica que este es el "frente abierto más urgente" del feminismo y que erradicarla "exige la implicación de los varones".
"Ha sido el movimiento feminista el que ha conseguido sacar a la luz la violencia machista, haciendo que pase del ámbito privado al público y político. Las mujeres no pueden seguir siendo víctimas cotidianas sin la seguridad garantizada que implica la idea de democracia y de ciudadanía plena", precisa.
Calvo también subraya que hay que "seguir trabajando" por un "espacio de conciliación" en el que las mujeres y los hombres sean "iguales en derechos, en igualdad de trato y en igualdad de oportunidades". "La democracia debe avanzar en dirección a la reparación de la injusticia de la que venimos las mujeres", apunta.
Finalmente, el libro también trata el placer sexual y recalca que "los enamoramientos, las pasiones, tienen un plazo". "La conveniencia, la idoneidad, la reproducción, el placer, la pasión... No cabe todo en un mismo saco, el saco de la pareja monógama o el matrimonio oficializado", recoge el ensayo de Calvo.
En este sentido, indica que en el ámbito de las relaciones sexuales y las relaciones sentimentales, sigue vigente el "entramado machista". Asimismo, critica que "muchos hombres mantienen como referentes los comportamientos de sus padres y abuelos con sus madres y abuelas, aún intuyendo que ya no son válidos para relacionarse con las mujeres en la actualidad".
Además, denuncia que las mujeres siguen aceptando la sexualidad masculina "como lo imperante" al permitir que "coarte" la suya propia. "No hemos elaborado todavía una crítica solvente en el debate político y, por tanto, público, sobre el hecho de que el tipo de sexualidad que demandan los varones sea el que prevalezca. La peor parte es que esta realidad sigue condicionando las leyes contra la violencia machista", expone.