viernes. 01.11.2024

Para Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, será difícil comprender cómo ha llegado su partido a esta situación negativamente crítica. Desde la moción de censura en Murcia, hasta las anunciadas elecciones en Madrid, todo ha pasado muy rápido, y desde entonces todo han sido malas noticias para el partido liberal.

Ciudadanos está más dañado y dividido que nunca. Está desangrándose con la marcha de personalidades fuertes del partido, como Toni Cantó, con la pérdida de poder institucional, con el deterioro de la marca política, y con el desconcierto creado en sus votantes, los cuales ven como el partido toma decisiones atropelladas, carecientes de seguridad, y sin una hoja de ruta definida.

Clara división dentro del partido

La división interna y las marchas de miembros de Ciudadanos ha sido prácticamente la peor herida en el cuerpo magullado del partido. Sin un plan claro interno, los diferentes miembros ‘naranjas’ han tenido discrepancias ‘a puerta cerrada’ que han llevado a un desorden en el que sólo ha salido perdiendo Ciudadanos. El ejemplo más claro de esto, la gestión en Murcia. Primero gestándose una moción de censura sorpresiva (por las repetidas palabras de una Arrimadas reacia a pactar con el PSOE), y en ese mismo plano, días más tarde, miembros de los naranjas murcianos desmarcándose de la moción.

El desastre, el desorden y este terremoto político que ha dejado ‘en cueros’ a Ciudadanos ha producido la marcha de múltiples miembros. Desde los más conocidos y mediáticos como Toni Cantó, hasta los menos conocidos como Cambronero, Argüeso o Goñi. En Madrid, donde tendrán que luchar por no desaparecer, las cosas no son mucho mejor con la noticia de que los diputados por la Asamblea de Madrid Sergio Brazebo y Marta Marbán también han salido del partido. Desestabilidad que no hace más que aumentar estos días en el bloque de Arrimadas.

Gestión confusa en Ciudadanos

Desde luego lo que denota esta situación es una gestión cuanto menos confusa de Ciudadanos. La perplejidad de lo ocurrido en Murcia por parte de Arrimadas (supiese desde antes lo que estaba ocurriendo, o no) muestra a un partido poco estable. La forma de actuar de los propios miembros del partido durante estas semanas hace pensar al ciudadano que no hay un proyecto claro de partido.

Arrimadas da la impresión de estar desbordada, de que le ha venido todo de sopetón. A un partido el ciudadano normalmente le pide coherencia y algo con lo que poder identificarse. Los movimientos murcianos y madrileños, e incluso las declaraciones posteriores de miembros de Ciudadanos contradiciendo sus actos, para nada exhiben coherencia o identificación ciudadana.

Pérdida de poder institucional

Además del desgaste de la marca y la marcha de miembros la situación también lleva consigo una gran pérdida de poder en las instituciones. En el Senado la situación para Ciudadanos es crítica. El partido naranja, en el Senado, ha perdido el grupo parlamentario propio. De tener 8 representantes del partido en la Cámara Alta, ha pasado a tener 5, cuando son necesarios 6 como mínimo para tener representado grupo parlamentario propio. De esta forma, además de perder poder, Ciudadanos, también pierde prerrogativas y beneficios económicos.

Esta situación en el Senado ha venido dada por los desmarques de Emilio Argüeso, Ruth Goñi y Fran Hervías del partido de Arrimadas. En el caso de Argüeso y Goñi abandonan las directrices del partido, pero deciden aferrarse a su escaño. Por su parte, Fran Hervías, que fue Secretario de Organización con Albert Rivera, ha decidido pasarse al PP.

En el Congreso, de los 10 diputados de Ciudadanos, 2 no siguen en el partido. Marta Martín ha renunciado a su acta como diputada. Esto hace que hace que Arrimadas pueda poner en su lugar a otro miembro del bloque naranja, teniendo 9 diputados fieles al partido. En el caso de Pablo Cambronero, este ha sido expulsado por el propio partido de Ciudadanos por incitar a los abandonos de dicho bloque político.

Ciudadanos sufre la situación más crítica de su historia