"La pretensión es que todo aquel que esté sirviendo comida tenga un plan predeterminado a priori sobre qué va a hacer con el excedente". ha explicado Planas en una entrevista en RNE.
El ministro ha evitado, no obstante, concretar cómo se controlará el cumplimiento de la norma y ha recordado que la ley tiene el objetivo de regular pero también de sensibilizar. "Se ha hecho mucha incidencia en las sanciones e incumplimientos, pero también hay una parte de concienciación cuando nos planteamos reducir el desperdicio en familias y pequeño comercio, porque ahí no hay policía", ha explicado Planas.
De esta manera, la nueva norma recoge más medidas para evitar el despilfarro: las empresas tendrán que informar anualmente de cuánto desperdician en alimentos; los restaurantes deben notificar a los consumidores que pueden llevarse sus sobras y facilitar que lo hagan gratuitamente; las empresas han de incentivar con precios inferiores la venta de productos con fecha de caducidad próxima.
Las sanciones a las compañías que no respeten esta norma se establecen en una horquilla de 2.001 a 60.000 euros para las infracciones más graves. Las causas para incurrir en estas faltas son impedir la donación de alimentos o no donar los excedentes a entidades de iniciativa social. en caso de reincidencia, la multa puede llegar a medio millón de euros.
El ministro ha recordado la campaña del Ministerio con el slogan 'Aquí no se tira nada', porque "ese es el espíritu y desarrollo del trabajo". Planas ha admitido que la ley "será perfeccionada en el Congreso y el Senado", pero se ha mostrado convencida de que "es una ley positiva".