La predicción estacional de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para el trimestre de octubre, noviembre y diciembre, aproximadamente coincidente con el otoño astronómico, muestra como escenario más probable el de temperaturas superiores a lo normal en todo el país, con mayor probabilidad cuanto más al sur y este de la Península, y en Baleares.
En cuanto a las precipitaciones, con incertidumbre, el escenario más probable es el de un otoño con menos lluvias de lo habitual en el oeste de la Península y en Canarias. En el resto del país, hay una probabilidad similar de que el otoño sea más lluvioso de lo normal que de que sea más seco.
Así lo ha avanzado este martes el portavoz de la AEMET, Rubén del Campo, en rueda de prensa telemática para presentar la predicción estacional para el otoño de 2024, el balance climático del verano y el resumen del año hidrológico, que finaliza este 30 de septiembre.
El portavoz de la AEMET ha asegurado que el verano de 2024 tuvo un carácter "muy cálido" y fue el sexto verano más cálido del siglo actual y de la serie histórica. Fue también un verano muy húmedo, el sexto más lluvioso del siglo XXI.
En la España peninsular, la temperatura media del verano (periodo comprendido entre el 1 de junio y el 31 de agosto de 2024) fue de 23,1°C, valor que queda 1°C por encima de la media de esta estación (tomando como periodo de referencia el comprendido entre 1991 y 2020).
Así, fue el sexto verano más cálido desde el comienzo de la serie en 1961, y también el sexto más cálido del siglo XXI. De los diez veranos más cálidos de la serie, nueve pertenecen al siglo XXI.
El verano tuvo carácter muy cálido en la mayor parte de la España peninsular e incluso extremadamente cálido en zonas del interior. En Baleares fue cálido o muy cálido, mientras que en Canarias tuvo carácter variable, resultando en conjunto cálido.
A pesar de que el verano comenzó con un junio frío, julio fue muy cálido y agosto extremadamente cálido. De hecho, el bimestre julio-agosto fue el segundo con mayor temperatura de la serie, tan solo superado por el de 2022.
Con datos aún provisionales, a lo largo del verano se registraron dos olas de calor. La primera transcurrió entre el 18 y 20 de julio, y llegó a afectar a once provincias.
Más importante fue la ola de calor registrada entre el 23 de julio y el 12 de agosto. Llegó a afectar a 31 provincias en su momento de mayor extensión y, con 21 días de duración, se convirtió en la segunda ola de calor más larga en España de la serie histórica, tan solo por detrás de la ola de 26 días de duración registrada entre junio y julio de 2015.
Más allá del verano, la AEMET señala que el año 2024, con los datos desde el 1 de enero hasta el 15 de septiembre, es por ahora el segundo más cálido de la serie histórica, tan sólo por detrás del año 2022. Considerando ese período, los cinco años más cálidos de la serie, cuyo comienzo data de 1961, se han registrado desde 2017.
UN VERANO MUY HÚMEDO EN CUANTO A PRECIPITACIONES
El verano fue en su conjunto muy húmedo en cuanto a precipitaciones, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 82,2 litros por metro cuadrado (l/m2), valor que representa el 117 % del normal en el periodo de referencia 1991-2020. Se trató del sexto verano más lluvioso del siglo XXI y vigésimo tercero de la serie.
La distribución de las precipitaciones fue irregular tanto temporal como espacialmente: junio fue muy húmedo, julio muy seco y agosto húmedo.
Fue un verano muy lluvioso en zonas del centro de la Península e interior del Levante, mientras que en Galicia, Andalucía y Canarias fue muy seco. Hubo varios episodios de precipitaciones intensas en junio, como el que el día 11 dejó 80 l/m2 en el aeropuerto de Palma, el registro más elevado en 24 horas en verano de toda la serie.
También en Baleares, un episodio asociado a una DANA dejó precipitaciones muy intensas a mediados de agosto: el día 15 se acumularon en el aeropuerto de Menorca 93 l/m2, récord en 24 horas para el verano en este observatorio.