12 de marzo de 2021, 12:52
Pabbar ha regresado a su hábitat, aguas del Gran Sol, después de cien días ‘hospitalizada’ en Galicia. Esta cría de foca ha logrado sobrevivir gracias al trabajo de los biólogos de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA), con sede en Nigrán (Pontevedra). Ellos lograron salvarla de una muerte segura.
La joven foca apareció varada el 28 de noviembre en la playa de Barizo, en Malpica (A Coruña). “Lo encontramos en muy malas condiciones. No podía meterse en el mar y, por eso, decidimos recogerlo”, cuenta Alfredo López biólogo de esta ONG que se dedica a la recuperación de mamíferos marinos. Pabbar presentaba desnutrición y una parálisis en la parte posterior de su cuerpo. “Tenía una infección muy potente en las extremidades posteriores que luego se extendió por todo el cuerpo”. Su supervivencia habría sido imposible si estos ‘angeles’ de los animales marinos no se hubieran cruzado en su camino.
Desde Barizo fue trasladada directamente a la conocida como 'UCI de lobos marinos' que esta organización tiene en Nigrán. Allí estuvo hasta el 21 de enero. “Las primeras semanas estuvo muy grave: no comía por sí misma, vomitaba… Allí estuvo recibiendo medicamentos y aprendiendo a comer". Estuvo en un espacio sin apenas agua y con calefacción.
Afortunadamente, Pabbar consiguió sobrevivir. Consiguió superar la infección y además, ganar peso de forma considerable. “Cuando la recogimos pesaba 18 kilos y la hemos liberado con 37”.
Tras superar los peores momentos en la unidad de críticos fue trasladada al centro del Instituto Gallego de Formación en Acuicuitura (Igafa), en A Illa de Arousa (Pontevedra). Allí empezó a acostumbrarse a vivir en una piscina, a la intemperie. “Desde finales de enero hasta ahora ha estado ganando musculación, aprendiendo a sumergirse y a comer pescado vivo en el agua”, comenta López. Pabbar desarrolló allí habilidades para poder sobrevivir en el mar.
Pabbar ya se encuentra desde hace unas horas en casa, de la que no tendría que haber salido nunca. Llegó, concretamente, a las ocho de la mañana de este lunes. Un barco gallego, el “Patricia Marta” se encargó de llevar al animal en una cesta de mimbre, con una hidratación constante, desde Galicia hasta su hábitat natural. “Ha sido liberado en aguas internacionales, a unas 150 millas de Irlanda y a las puertas del Gran Sol. De allí proceden la mayoría de las focas que varan en Galicia”.