El 28 de mayo de 2024, España marcó un hito en su política exterior al reconocer oficialmente al Estado de Palestina. Este paso simboliza el compromiso de España con el derecho de los pueblos a la autodeterminación, pero también subraya las limitaciones de su apoyo. A pesar de este reconocimiento, España sigue siendo selectiva en cuanto a qué territorios en busca de independencia considera como Estados soberanos, basándose en criterios diplomáticos y alineamientos internacionales.
Históricamente, la política de España en materia de reconocimiento estatal ha estado guiada por el respeto al derecho internacional y la integridad territorial. Este enfoque ha llevado a que ciertos territorios que claman por su independencia no sean reconocidos por España, incluso si han logrado establecer estructuras gubernamentales y obtener cierto apoyo internacional. A continuación, se detallan algunos de los casos más destacados.
Kosovo
Desde su declaración de independencia de Serbia en 2008, Kosovo ha sido reconocido por más de 100 países, incluidos la mayoría de los miembros de la Unión Europea y Estados Unidos. Sin embargo, España se ha mantenido firme en su postura de no reconocer a Kosovo, en parte debido a preocupaciones sobre los precedentes que esto podría sentar en relación con movimientos separatistas dentro de su propio territorio. No obstante, desde el 1 de enero de 2024, España ha comenzado a aceptar el pasaporte de Kosovo, permitiendo a sus ciudadanos viajar por el espacio Schengen, aunque sin reconocer su soberanía.
Somalilandia
En el Cuerno de África, Somalilandia se declaró independiente de Somalia en 1991, en medio del colapso del gobierno somalí. Aunque ha disfrutado de una estabilidad relativa y ha establecido un gobierno efectivo, Somalilandia no ha sido reconocida por ningún país, excepto Taiwán, que en 2023 otorgó el estatus de país a Somalilandia. Recientemente, Etiopía y Somalilandia firmaron un acuerdo que podría llevar al reconocimiento formal de Somalilandia a cambio de acceso etíope al Mar Rojo, lo que añade una nueva dimensión a su búsqueda de legitimidad internacional.
Chipre del Norte
La República Turca del Norte de Chipre se proclamó en 1983, tras la invasión turca de la isla en 1974. A día de hoy, solo Turquía reconoce a este estado. La comunidad internacional, incluida España, continúa reconociendo a la República de Chipre como la única autoridad legítima en la isla, alineándose con la postura de la Unión Europea y las Naciones Unidas, que promueven una solución negociada para la reunificación de Chipre.
Transnistria
Esta estrecha franja de tierra en Moldavia, con una población mayoritariamente eslava, se declaró independiente en 1990. Aunque Transnistria opera como un estado de facto con su propio gobierno y fuerzas armadas, no ha obtenido reconocimiento internacional, a excepción de Abjasia y Osetia del Sur, territorios igualmente autoproclamados independientes. España, al igual que la mayoría de la comunidad internacional, apoya la soberanía de Moldavia sobre Transnistria.
Abjasia y Osetia del Sur
Abjasia y Osetia del Sur, dos regiones separatistas de Georgia, declararon su independencia tras la disolución de la Unión Soviética en los años 90. Su reconocimiento internacional es limitado, con solo un puñado de países, incluidos Rusia, Nicaragua, Venezuela, Nauru y Siria, que han reconocido su independencia. España, en consonancia con la mayoría de la comunidad internacional y las resoluciones de la ONU, no reconoce a estos territorios como estados independientes.
En resumen, aunque España ha mostrado su apoyo a ciertos movimientos de autodeterminación, su política de reconocimiento sigue siendo cautelosa y alineada con las normativas internacionales y sus propios intereses diplomáticos.