La primera bailarina del Bolshói de Moscú, Olga Smirnova, abandona el ballet ruso para unirse al ballet Holandés. Desde el inicio de la invasión de su país, Rusia, en Ucrania se mostró crítica ante la situación. Ahora ha decidido actuar y dejar la que durante más de 10 años ha sido su segunda casa.
Una decisión que hace daño al Gobierno Ruso desde el ámbito cultural. La bailarina pese a haber nacido en San Petersburgo, es descendiente de ucranianos, en concreto, uno de sus abuelos lo es. Su planteamiento antes de la guerra era según su propio comunicado era realizar un cambio de aires, pero estas circunstancias han acelerado el proceso.
En el comunicado, Olga Smirnova ha indicado: "Seguimos viviendo como si fuera el siglo XX, aunque hayamos pasado formalmente al siglo XXI. En un mundo moderno e ilustrado, espero que las sociedades civilizadas resuelvan los asuntos políticos solo mediante negociaciones pacíficas",
La bailarina nunca pensó que se avergonzaría de su país pero parece que la guerra ha marcado un antes y un después.