Estas son las historias que merece la pena contar. No por los años de espera, ni porque grabemos vídeos para la posteridad. Merecen la pena porque el mundo ya es malo de por sí como para centrarse en las malas noticias, y porque este tipo de noticias transmiten una cosa muy sencilla pero fundamental en nuestros caminos: esperanza.
Estas dos primas nos han permitido recordar que hay cosas como la familia, o el amor, que merece la pena cuidar. A pesar de que una de las dos protagonistas tiene casi 100 años y de que la otra ya va por la segunda operación de cadera, lo cierto es que nada las ha impedido juntarse y verse después de casi 10 años.
Mi abuela me dijo el otro día que hacía 10 años que no veía a su prima. Su prima tiene 100 años y siempre que se llaman por teléfono se dicen: “ prima un beso ya no sé si nos veremos aquí abajo u allí arriba”. Pues se han visto abajo y se han puesto muy felices. pic.twitter.com/yxpKBMTNos
— Cc (@importansiero) November 8, 2021
Podría buscar una frase bonita para cerrar el artículo. Algo ocurrente que terminara de cerrar las líneas que he escrito al principio. Pero creo que esta vez solo me voy a limitar a admirar la foto de las dos señoras. Lo que tiene la esperanza.