Arian, de 27 años, ha creado este proyecto local en la favela de Rocinha del Río (Brazil), en el que promueve el reciclaje dando donaciones de alimentos a cambio de tapas de botellas que se utilizan para construir patinetes.
Desde antes del inicio de la pandemia, Arian busca promover el reciclaje donando alimentos "No somos una fábrica de patinetes, es más grande que esto. Queremos crear un hub y un centro de innovación para el reciclaje aquí en Rocinha", explicaba el joven. Arian comenta que, además, su proyecto ayuda a la comunidad que produce 230 toneladas de basura al día, aumentando la conciencia sobre la importancia del reciclaje a través de sermones a jóvenes y niños.
Cada patinete utiliza 1,5 kilogramos de tapones de botella, aproximadamente 500 tapones y se tarda unas dos horas en fabricarlo. Primero se trituran las tapas, luego se funden, se colocan en un molde y se "cuecen" en un horno industrial para pizzas.
La mayoría de las tapas de plástico son donadas por residentes de Rocinha que crearon puntos de reciclaje en la favela donde recolectan, separaran y limpian las tapas antes de entregárselas.
Los sueños de Arian no temrinan aquí "hoy trabajamos en plástico pero mañana queremos poder reciclar papel, metal, vidrio y más allá de eso, queremos traer a la próxima generación, traer a los niños aquí, para que aprendan, para prevenir el problema"
