martes. 26.11.2024

Un estudio liderado por el grupo de Patología Molecular Traslacional del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y el grupo de Química Farmacéutica (GQF) de IQS School of Engineering (Universitat Ramon Llull) ha estudiado un fármaco inhibidor de una vía relacionada con la resistencia a quimioterapia e inmunoterapia.

Según sus hallazgos, publicados en la revista científica 'Journal of Medicinal Chemistry', el bloqueo de estos mecanismos de malignidad del tumor incrementaría la eficacia de los tratamientos actuales con quimioterapia o inmunoterapia.

El trabajo se encuentra en fase de desarrollo preclínico y se ha llevado a cabo en colaboración con el grupo de Investigación Biomédica en Urología del VHIR y el CIBER de Cáncer (CIBERONC).

La supervivencia después de un diagnóstico de cáncer ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, el pronóstico sigue siendo grave en los casos detectados en fases avanzadas, con metástasis, o en aquellos en que existe resistencia a las terapias habituales.

Estudios previos liderados por el doctor Santiago Ramón y Cajal, jefe del grupo de Patología Molecular Traslacional del VHIR, jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Vall d'Hebron y jefe de grupo del CIBERONC, habían identificado la proteína MNK1 como una posible diana terapéutica para el tratamiento del cáncer.

MNK1 es la encargada de activar el factor eIF4E, que se considera de mal pronóstico de muchos tipos de tumores por permitir que las células tumorales sobrevivan a los tratamientos y, por lo tanto, se relaciona con la resistencia a terapias convencionales.

En este trabajo, iniciado con la tesis doctoral de la doctora Elisabeth Bou, se ha estudiado un fármaco (conocido como EB1) que bloquea MNK1 y, por lo tanto, también la activación del factor eIF4E.

"La inhibición de esta vía no tiene un efecto antitumoral por sí misma, pero si se administrara conjuntamente con quimioterapia o inmunoterapia evitaríamos que las células tumorales sobrevivieran y mejoraríamos los resultados obtenidos con estos tratamientos", explica el doctor Stefan Hümmer, investigador del grupo de Patología Molecular Traslacional del VHIR y del CIBERONC.

Además, la vía activada por MNK1 no tiene funciones imprescindibles para las células sanas. Por lo tanto, su eliminación no produciría otros efectos secundarios no deseados.

No es la primera vez que se prueban fármacos contra esta vía celular. Sin embargo, el fármaco EB1 presenta un mecanismo de actuación novedoso que disminuiría los efectos secundarios que producen otros tipos de inhibidores de MNK1. Generalmente, los inhibidores de esta proteína se unen en el mismo lugar que el ATP, una molécula necesaria para poder llevar a cabo la función principal de activación de eIF4E.

"Los inhibidores habituales impiden la función principal de MNK1, pero pueden producir la activación indeseada de funciones secundarias. En cambio, en este estudio llevado a cabo en células, hemos comprobado que EB1 inactiva MNK1 por completo y evita así que se causen efectos indeseados", asegura el doctor José I. Borrell, director del grupo de Química Farmacéutica (GQF) de IQS School of Engineering (Universitat Ramon Llull).

El fármaco EB1, además, tendría capacidad de inhibir por sí solo el crecimiento de células tumorales, mientras que el resto de inhibidores existentes no ofrecen esta posibilidad.

Los investigadores del trabajo destacan sobre todo la baja toxicidad del fármaco, que no tendría efectos secundarios en las células sanas. Además, el hecho de sensibilizar a las células tumorales frente a los tratamientos estándar permitiría reducir la dosis de quimioterapia y, por lo tanto, disminuir también los efectos secundarios de la terapia primaria.

Con el objetivo de llegar a la práctica clínica, actualmente se está estudiando qué combinaciones con tratamientos existentes, tanto de quimioterapia como de inmunoterapia, permiten mayores beneficios para los pacientes. En el caso de la inmunoterapia, EB1 podría evitar que las células tumorales escapen del reconocimiento del sistema inmunitario, una de las causas por las que estas estratégicas de tratamiento pueden no tener buenos resultados.

"Estamos comenzando a estudiar su eficacia en cáncer de mama y de próstata, pero pensamos que es posible aplicarlo para cualquier tipo de tumor porque los mecanismos de resistencia a la mayoría de los tratamientos son similares", concluye el doctor Santiago Ramón y Cajal.

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