La Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica) ha reclamado la creación de la figura de médico-investigador en el Sistema Nacional de Salud (SNS), ya que, si bien ya se reconoce en la Ley de Ciencia, este apartado aún no se ha desarrollado, lo que supone un "perjuicio importante" para los pacientes, tanto de cáncer como de otras enfermedades.
En rueda de prensa, la presidenta de Aseica, Marisol Soengas, ha recordado este martes el aumento de la incidencia de cáncer que se espera en los próximos años, asociado al envejecimiento de la población, y ha hecho hincapié en la necesidad de "respuesta". "En el año 2040, se esperan 28 millones de diagnósticos de cáncer. Hemos avanzado, se ha conseguido un aumento de la supervivencia, pero, en I+D+i, estamos muy lejos del entorno europeo", ha expresado, para recordar que el 75 por ciento de los ensayos están financiados por la industria farmacéutica en España.
En este sentido, los representantes de Aseica han reclamado la necesidad de un "reconocimiento de la investigación en la trayectoria profesional", además de "tiempo protegido" para investigar en beneficio de los pacientes oncológicos.
De hecho, la no regulación de un tiempo protegido para la investigación provoca que más del 80 por ciento del personal médico-investigador no pueda compaginar su labor asistencial con labores científicas, o lo haga a "un coste de desgaste muy alto" y termine por desistir en este empeño. Por tanto, este tipo de investigación tiene, por lo general, "un carácter voluntarista".
"Muchos profesionales abandonan la carrera de médico-investigador por falta de oportunidades y la desigualdad en la proyección laboral y salarial con respecto al personal puramente asistencial", ha recordado el oncólogo Ignacio Durán. Por ello, Aseica pide regular y garantizar las horas de investigación para compatibilizarlas de manera efectiva con el trabajo asistencial.
"El sistema está concebido para que un médico haga solo un trabajo, el asistencial, pues la excelencia se mide con el número de cirugías y pacientes atendidos, pero pocas veces se mide a través de la calidad y cantidad de la investigación", ha lamentado el presidente previo de Aseica y jefe de servicio del Hospital 12 de Octubre, Luis Paz-Ares.
De hecho, la Comisión Europea se ha marcado como objetivo que el 90 por ciento de los pacientes oncológicos se traten en centros de excelencia para 2040 y, para ello, uno de los requisitos es que se debe combinar la asistencia clínica con la investigación. Por tanto, tal y como han puesto de manifiesto los investigadores, la creación de esta figura no solo aceleraría la investigación, sino que también mejoraría el acceso a la innovación.
FALTA DE FINANCIACIÓN
Precisamente, Aseica recuerda que España tan solo dedica un 1,42 por ciento del PIB a I+D+i, una marca que queda "muy lejos" de las aspiraciones de llegar, como mínimo, al 2,4 por ciento, lo que también tiene un impacto muy importante en la puesta en marcha de proyectos de investigación puntera y en proyectos colaborativos de investigación con los hospitales, entre otras.
"Con un 75 por ciento de los proyectos de la Estrategia Especial en Salud por debajo de 65.000 euros anuales, no es posible una investigación globalmente competitiva. Además, falta apoyo y formación en innovación y transferencia de resultados", han comentado los investigadores.
Por ello, una de las reclamaciones es aumentar la financiación para proyectos individuales y colaborativos, y disminuir la brecha salarial con respecto al personal asistencial sin dedicación investigadora.
Más allá de la creación de la categoría de especialista médico-investigador en el SNS y la protección del tiempo dedicado a su labor investigadora; así como un mayor reconocimiento de la figura, Aseica también reclama la puesta en marcha de programas de investigación clínica y traslacional, que actualmente tienen carencias tanto en los programas de las uiniversidades como en las residencias.
Por otro lado, desde la asociación también instan a regular la acreditación de Servicios o Departamentos Clínicos como medio para que los respectivos servicios de salud reserven un número de plazas al colectivo médico-investigador en los hospitales.
Por último, recalcan la importancia de desarrollar programas de formación científica en las facultades de Medicina, poniendo en valor la figura del médico-investigador en los perfiles de difícil tratamiento. En este sentido, piden promover programas de formación dual tanto en las universidades como en las residencias.