Los investigadores de la publicación realizada en la revista "Geriatrics" se basaban en que una buena noche de sueño desempeña un papel esencial en la regulación de la salud del cerebro al eliminar el material de desecho y las toxinas que se acumulan. Aunque hay muchas cosas que pueden perturbar el sueño, una de las causas más comunes son los ronquidos u otros problemas respiratorios que causan apnea obstructiva del sueño.
El equipo descubrió que la frecuencia respiratoria máxima puede utilizarse para distinguir a los individuos sanos de las personas con deterioro cognitivo leve y las que padecen la enfermedad de Alzheimer. También pudieron comprobar que un dispositivo dental para reducir los ronquidos mejora la función cognitiva de los individuos que sufren un deterioro cognitivo leve.
En el estudio piloto del equipo participaron 18 personas de entre 55 y 85 años con antecedentes de ronquidos. Alrededor de un tercio de los participantes tenía un deterioro cognitivo leve y otro tercio padecía la enfermedad de Alzheimer.
Para examinar la relación entre la frecuencia respiratoria y la función cognitiva de un individuo, los participantes durmieron en casa mientras unas grabadoras portátiles recogían datos sobre su frecuencia respiratoria, su ritmo cardíaco y sus ronquidos. Los médicos del Center for BrainHealth evaluaron la memoria, la función ejecutiva y la atención de los participantes.
El equipo descubrió que la frecuencia respiratoria máxima durante los períodos de sueño ininterrumpido puede diferenciar a los individuos sanos de los que padecen la enfermedad de Alzheimer o un deterioro cognitivo leve.
"Observamos tres patrones distintos entre los grupos de personas, lo que significa que podemos buscar un patrón respiratorio que podría predisponer a los individuos a padecer demencia", afirma el doctor Emet Schneiderman, coautor del estudio y profesor del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Odontología de la Universidad de Texas A&M.
La determinación de la frecuencia respiratoria es más barata y rápida que otras evaluaciones existentes para medir la función cognitiva de un individuo y podría ser una alternativa de prueba eficaz".
Los investigadores también analizaron si el aparato bucal 'myTAP', que se coloca en la boca por la noche para evitar los ronquidos, afecta a la frecuencia respiratoria y a la función cognitiva. Durante cuatro semanas, los participantes llevaron el dispositivo por la noche y los ronquidos disminuyeron.
Tras el periodo de intervención, la función cognitiva -especialmente en el ámbito de la memoria- dejó de diferir entre los individuos sanos y los que padecían un deterioro cognitivo leve. Esto sugiere que dormir mejor mejora la cognición en individuos con deterioro cognitivo leve.
"Si podemos introducir cambios significativos en los individuos con deterioro cognitivo leve, podemos retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer", afirma Das, que ahora es becario postdoctoral en el Hospital McLean de la Facultad de Medicina de Harvard.
Aunque el equipo no observó una diferencia general en la función cognitiva de los participantes con enfermedad de Alzheimer, los investigadores tienen la esperanza de que la intervención pueda funcionar.
A nivel individual, la mitad de los participantes con enfermedad de Alzheimer observaron mejoras en su función cognitiva. "La neurogénesis cerebral es un proceso lento, por lo que quizá estos individuos necesiten un periodo de tiempo más largo con la intervención para ver cambios cognitivos significativos", señala Das.
Las alternativas a los medicamentos para tratar los ronquidos, como los aparatos dentales, podrían ayudar a los individuos a dormir mejor y mejorar su función cognitiva. Los medicamentos para el sueño dan a los individuos la impresión de que han dormido bien, cuando en realidad el cerebro nunca entra en una fase profunda del sueño, esencial para el proceso de limpieza para eliminar las toxinas del cuerpo.
Y ahora parece que tratamientos alternativos, como este aparato dental, podrían producir cambios significativos en la cognición antes de que el deterioro cognitivo leve evolucione hacia la enfermedad de Alzheimer.
"Los aparatos bucales podrían tener una amplia gama de aplicaciones, ya que el sueño se ve afectado por muchas cosas diferentes en muchos grupos de edad diferentes --apunta Das--. Tal vez los aparatos podrían ayudar a los individuos a dormir mejor, reduciendo los síntomas de salud mental causados por el mal sueño antes de que sufran un deterioro grave de los síntomas neurocognitivos".