domingo. 15.09.2024

Juan nació en Jaén, pero ha pasado los últimos 20 años viviendo en Marbella. En su hogar, conserva un pequeño taller repleto de herramientas, un recuerdo de su pasado como carpintero que no puede dejar atrás. "Sigo creando cosas para mantenerme entretenido", nos comparte... Fue así como comenzó a trabajar con la madera hace ya varias décadas.

"Cuando trabajaba en el campo, en verano las tardes eran de descanso", menciona Juan, por lo que aprovechaba ese tiempo libre para tallar madera. Lo que comenzó como un pasatiempo eventual se convirtió en su profesión, y junto a sus hermanos, fundó su propia carpintería. Fabricaban puertas, marcos de ventana, barandas...

El negocio apenas duró unos cinco años. La crisis en el sector de la construcción les golpeó directamente. "En el pueblo la oferta laboral era escasa", explica a Informativos Telecinco. Por lo tanto, Juan se vio obligado a reinventarse y terminó trabajando en un Corte Inglés en Las Palmas, donde residía una de sus hermanas.

Una vez jubilado, regresó a la península y se estableció junto a su esposa en la provincia de Málaga. A pesar de haber dejado atrás su carrera como carpintero, la madera seguía siendo una parte importante en su vida. "Nunca la abandoné, siempre conservé mis herramientas y practicaba para no perder la destreza, creando desde vitrinas hasta pedestales, pasando por arcas para guardar ropa, pero siempre proyectos pequeños".

Sin embargo, la tranquilidad en la vida de Juan se vio interrumpida bruscamente. Durante un chequeo anual de rutina, los resultados mostraron un marcador extraño llamado PCA, asociado al cáncer. Tras ser derivado al Hospital Virgen de la Victoria, le confirmaron el diagnóstico y le recomendaron comenzar el tratamiento de inmediato.

Durante meses acudió al hospital para sus citas médicas y desarrolló amistades con el personal que lo atendía. "Todos me trataron con gran amabilidad, desde el personal de recepción hasta los enfermeros y técnicos", por lo que decidió expresar su gratitud de la mejor manera que sabía: trabajando la madera.

Qué historia tan conmovedora y llena de generosidad la de Juan. Es inspirador ver cómo encontró una forma tan hermosa de agradecer al personal médico que lo trató durante su enfermedad, utilizando su habilidad con la madera para crear regalos significativos.

La idea de fabricar belenes y juguetes para los niños hospitalizados demuestra la bondad de su corazón y su deseo de llevar alegría a quienes más lo necesitan. Es maravilloso ver cómo encontró una manera tan especial de contribuir y hacer una diferencia en la vida de los demás.

El mundo necesita más personas como Juan, dispuestas a ofrecer su tiempo, talento y amor para hacer del mundo un lugar mejor. Sus acciones son un recordatorio de que incluso en tiempos difíciles, siempre hay espacio para la generosidad y la esperanza.

Es increíble ver cómo la generosidad y la solidaridad de Juan no tienen límites. Su dedicación a llevar alegría a los niños hospitalizados y con necesidades especiales es verdaderamente inspiradora. La forma en que se compromete a seguir extendiendo su ayuda a más hospitales y centros en Andalucía demuestra su gran corazón y su deseo genuino de hacer una diferencia significativa en la vida de los demás.

Es reconfortante ver cómo personas como Juan pueden marcar una gran diferencia en la comunidad y cómo su actitud positiva y altruista puede inspirar a otros a seguir su ejemplo. Su determinación de querer llegar a todos los niños de Andalucía con sus juguetes es admirable y seguramente traerá alegría a muchos pequeños que lo necesitan.

Juan fabrica juguetes para los niños del hospital donde le tratan un cáncer