Luca Güerci, un joven chico de 11 años, capitán de un equipo de fútbol en décima categoría de Alumni, en Azul, Buenos Aires, sufrió hace pocos días la pérdida de su madre, y aun teniendo que soportar esta carga inimaginable, sacó fuerzas para jugar un partido, sin querer dejar solos a sus compañeros. Nada más llegar, a 80 kilómetros de su casa, sus compañeros le recibieron cálidamente. En la bandera que llevaba el club se podía leer “Fuerza capitán, te queremos”. Hasta los miembros del equipo rival aplaudieron y le mostraron sus respetos.
El chaval había conseguido meter un gol durante el partido. Podríamos haber esperado muchas cosas: una celebración, un simple detalle o gesto para su madre, compartir el gol con su equipo, etc, pero nadie se hubiera esperado lo que finalmente sucedió cuando Güerci le dedicó a su madre muerta el gol que había metido: se quitó la camiseta de la equipación y debajo llevaba otra con un bonito mensaje para su madre que rezaba: “Gracias por todo, mami. Besos al cielo, te amo”.
Ni el pequeño, ni sus compañeros, ni tan siquiera los miembros del Atlético pudieron contener las lágrimas. Sus compañeros se fundieron con él en un fuerte abrazo. Las fotos de Luca Güerci con su camiseta fueron compartidas en Internet por Tarde Redonda y rápidamente se hicieron virales.