Liz Pinfield-Wells construyó el centro de reciclaje de bricolaje tras el nacimiento de su tercer hijo, después de enterarse de que no podía reciclar sus bolsas de comida para bebés.
Además de las bolsas, algunos envases de alimentos e incluso los cepillos de dientes estaban excluidos del servicio de reciclaje en acera de su ciudad.
Animada a pasar a la acción, instaló un punto de recogida al final de la entrada de su casa, en la localidad de Dawley (Shropshire), y animó al público a dejar sus objetos reciclados mezclados. Desde que puso en marcha su proyecto ecológico hace cuatro años, Liz ha reciclado 1.200 kg de basura, repartidos en 30 categorías diferentes de residuos reciclables que no se recogen, y ha recaudado miles de euros para su comunidad local. "Nuestra familia siempre ha hecho lo que ha podido para reducir nuestra huella de carbono y reciclar todo lo posible", explica Liz, que añade que decenas de vecinos dejan la basura en su cobertizo.
Cada mes, envía la basura en bolsas envasadas al vacío a TerraCycle, una empresa que la tritura en pequeñas bolitas de plástico para fabricar otros artículos, como regaderas y bancos. El peso de la basura se convierte luego en puntos para ganar dinero, que puede entregarse dos veces al año a una organización benéfica o deportiva de su elección.
En los últimos tres años, Liz ha recaudado más de 1.000 libras, que ha donado al grupo de gimnasia de su hija Zoe, de 14 años, para comprar material nuevo. También ha donado una parte del dinero a otra organización benéfica local para comprar astillas de madera para su jardín comunitario.
Entre los artículos que se depositan habitualmente en el cobertizo se encuentran envoltorios de cera de pan, envases de higiene doméstica, envoltorios de plástico de pan, bolsas de queso, bolígrafos, guantes de goma, tinta de impresora y sellos de correos usados, ninguno de los cuales se recicla a través del ayuntamiento. "También recogemos tubos de Pringles, que contienen metal y plástico, por lo que no deberían depositarse en el contenedor", explica. "A veces puede parecer un poco desalentador saber por dónde empezar a reciclar, pero con cada pequeño paso resulta un poco más fácil".
"Definitivamente creo que ha ayudado a concienciar a mis hijos sobre la necesidad de reciclar más también". Liz creó un grupo en Facebook para su cobertizo de reciclaje ecológico, que ahora cuenta con más de 1.000 miembros.